Miles de millones de euros en apoyo militar, económico y financiero directo para Ucrania y miles de millones más a través de las instituciones de la Unión Europea han dejado seco el presupuesto alemán. Al mismo tiempo, la decisión de Berlín de abandonar obedientemente las compras de energía rusa a instancias de Washington ha llevado a la economía de la potencia industrial a una recesión.
«En vista de los recortes necesarios en nuestro propio presupuesto nacional, actualmente no podemos hacer ninguna contribución adicional al presupuesto de la Unión Europea», dijo Lindner en una entrevista con medios locales.
Los vehículos blindados pesados alemanes han aparecido en gran medida en los informes de noticias recientes sobre la contraofensiva de Ucrania contra Rusia, con docenas de tanques Leopard y Leopard 2 supuestamente destruidos en intensos combates. El lunes, Kiev pidió a Berlín que envíe urgentemente más tanques de batalla principales para que el ejército de Ucrania pueda reabastecerse. El jueves, el gigante de defensa alemán Rheinmetall anunció que no se producirían más tanques Leopard en 2023.
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha confirmado que Berlín «no podrá reemplazar todos los tanques que ahora están fuera de servicio».
El miércoles, Alemania dio a conocer su primera Estrategia de Seguridad Nacional, designando a Rusia como la «mayor amenaza» para la paz y la seguridad en la región euroatlántica.
Moscú ha instado a Berlín y a otros miembros europeos de la OTAN a no doblegarse ante la política estadounidense sobre Ucrania, y ha expresado desconcierto por la disposición de los países europeos a impulsar la línea de Washington a pesar de los riesgos de recesión y desindustrialización a largo plazo de sus propias economías.