A un año de las elecciones presidenciales en México, la carrera por la sucesión ya comenzó en la coalición oficialista que encabeza el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y en la que participan el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
El mandatario dio la señal de arranque el pasado miércoles con una breve frase: «Ya empezó este proceso». Se refería a las precampañas para obtener la candidatura.
La pelea se prevé intensa, en parte, porque los sondeos coinciden en que esta alianza, al igual que lo hizo en 2018, volverá a triunfar en las elecciones que se realizarán el 2 de junio de 2024. Quien gane los comicios, recibirá la banda presidencial de manos de López Obrador el 1 de octubre.
Pero primero se debe conseguir la candidatura presidencial. Para ello, el Consejo Nacional de Morena sostendrá este domingo una reunión que será crucial, ya que definirá el mecanismo de la contienda interna.
Del encuentro participarán la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien encabeza las encuestas; los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; y Gobernación, Adán Augusto López; y el senador Ricardo Monreal, quienes son los precandidatos de Morena.
Además, acudirán el diputado Gerardo Fernández Noroña, del PT; y el senador Manuel Velasco, del PVEM, quienes ya se sumaron a la competencia electoral en representación de sus partidos.
Reglas
El acuerdo previo es que la candidatura se decidirá a través de una encuesta nacional que se realizará en agosto. Quien gane el sondeo, tendrá la postulación.
Mientras comienzan oficialmente las campañas, algo que está previsto hasta el próximo año, la candidata o el candidato oficialista será designado como coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación (nombre con el que López Obrador ha bautizado a su gestión).
El proceso prevé un reparto previo del poder, ya que quien obtenga el segundo lugar en la encuesta de agosto, tendrá asegurada la coordinación de la bancada de Morena en el Senado a partir de 2024, en tanto que el tercer lugar liderará la fracción en la Cámara de Diputados.
Finalmente, el cuarto lugar será nombrado en un lugar destacado en el próximo gabinete, lo que demuestra que Morena no plantea otro escenario que no sea la reelección.
Otro de los puntos sobre los que ya hay consenso es que los aspirantes deberán renunciar a los cargos que ocupan.
De hecho, el canciller Marcelo Ebrard se anticipó y, de manera sorpresiva, el pasado martes anunció que el 12 de junio dejaría su puesto en el Gabinete.
A pesar del apuro, Augusto López y Sheinbaum apostaron por esperar a que termine el Consejo Nacional del próximo domingo para confirmar cuándo abandonarán la Secretaría de Gobernación y la jefatura del Gobierno de la capital, respectivamente.
Por el contrario, Monreal ya confirmó que la semana próxima oficializará su solicitud de licencia en el Senado.
Unidad
De los cuatro candidatos de Morena, Ebrard es quien ha insistido de manera particular en que haya «piso parejo«, es decir, que el presidente no favorezca ninguna candidatura, ya que en los últimos meses estallaron las especulaciones de que la «favorita» del mandatario era Sheinbaum.
Sin embargo, López Obrador ya garantizó que no intervendrá de ninguna manera en la elección. «Se terminó el ‘dedazo'», ha repetido en sus conferencias de prensa para asegurar que la candidatura de Morena la decidirá «el pueblo» a través de la encuesta.
En aras de la unidad no sólo de Morena sino de la coalición, esta semana López Obrador reconoció por primera vez como aspirantes a Fernández Noroña y a Velasco. Destacó, además, que será un proceso inédito que fortalecerá la democracia de México.