La reunión entre el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, abrió de nuevo la esperanza de la integración entre los dos países y la región latinoamericana.
Tras ocho años sin visitar el gigante sudamericano, el mandatario bolivariano arribó el domingo a Brasilia en visita oficial en el contexto del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, interrumpidas por cuatro años, y la celebración hoy de la reunión con 11 de los gobernantes sudamericanos.
La expresión de Maduro de que “ojalá más nunca nadie cierre las puertas entre Brasil y Venezuela, y juntos podamos afrontar las tareas, los desafíos y los caminos del desarrollo compartido, y estar unidos de aquí en lo adelante y para siempre”, sintetizó el sentir y la voluntad de recuperar lo retrocedido en todos los ámbitos.
Más allá de la voluntad común de avanzar en los vínculos bilaterales, en la nueva época de relaciones que se abre, los mandatarios se proyectaron por reconstruir la unidad y la integración en la región.
Como dijo Maduro, en el caso de Venezuela esta estuvo signada por lo que llamó “la ideologización extrema de las relaciones internacionales», un fenómeno de aplicación de fórmulas extremistas hacia la derecha para calificar las relaciones, subdividirlas y atropellarlas, explicó.
Aseveró que a su país le fueron cerradas todas las puertas de las relaciones financieras, económicas, comerciales, culturales, políticas y diplomáticas, y se intentó desde otros gobiernos, imponerles a los venezolanos un “Gobierno inexistente”, en referencia al opositor Juan Guaidó.
El presidente venezolano reflexionó sobre el actual contexto global y el impacto del grupo Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y destacó que ese mundo que se va dibujando amerita una América del Sur unida en su diversidad ideológica y política.
Agregó que no pueden dejarse imponer las ideologías intolerantes, excluyentes y extremistas, o “piensas como yo o no estás con nosotros, o te vas de aquí”, expresó.
Eso es una “ideología intolerante, extremista y excluyente” y sobre esa base jamás se podrá construir la unión en la necesaria diversidad de nuestra América, enfatizó.
A su juicio, hoy está planteado que “todos estemos unidos”, nos respetemos e imponga la cultura del diálogo y aprender a escuchar, para “avanzar en los grandes temas” del desarrollo común y de la defensa del medioambiente.
Preguntó cuántos temas de interés común importantes tenemos como el del desarrollo social, de un sistema de salud pública que funcione en todo el continente, de la seguridad alimentaria y energética, del desarrollo de una independencia y monetaria que necesita la región.
El jefe de Estado bolivariano llamó a construir una nueva geopolítica que tenga como componentes fundamentales la “unión de Sudamérica y de nuestra América” en la diversidad.
Lula adelantó algunos de los ejes que este martes sus homólogos sudamericanos tratarán en la reunión convocada por él y señaló que la tarea programática es construir nuevos destinos entre los países de la región en áreas como la integración, el desarrollo económico y social.
Tenemos que reunirnos para discutir si queremos seguir siendo lo que somos, de la talla que somos o si queremos ser más fuertes, “formar un bloque para negociar con más fuerza y con muchas más posibilidades de vencer”, expresó en referencia a ese encuentro.
El mandatario brasileño incitó a la necesidad de la unión y la cooperación para afrontar los retos y desafíos que impone un nuevo orden en las relaciones políticas, sociales, económicas y culturales de Sudamérica.
Remarcó que Sudamérica se tiene que convencer de que necesita trabajar como si fuese un bloque, no podemos creer que cada país por sí solo logre solucionar sus propios problemas que ya tienen 500 años, expuso.