La inflación en Francia se acelera


Los alimentos y la energía son los principales contribuyentes al alza de los precios, según datos oficiales

La inflación en Francia se aceleró en abril, impulsada por un aumento en los precios de la energía, según mostraron los datos publicados por la oficina nacional de estadísticas Insee.

Los precios al consumidor aumentaron un 5,9% el mes pasado sobre una base anual, frente al 5,7% de marzo, revelaron las nuevas cifras. El crecimiento del precio de la energía se disparó al 6,8 % en abril después de un aumento del 4,9 % en marzo, principalmente debido al aumento de los costos del combustible.

Mientras tanto, el aumento en los precios del gas disminuyó desde la lectura de marzo del 35,6%, llegando a un 22,9% más año con año en abril.

Los precios de los alimentos subieron un 15% interanual, ligeramente por debajo de la lectura de marzo del 15,9%. El descenso se atribuyó a una disminución estacional de los precios de los productos frescos. Sin embargo, a pesar del ritmo más lento de crecimiento de los precios, los economistas del Insee dijeron que el aumento de los costos de los alimentos ha tenido un impacto más significativo en la inflación general que el aumento de los costos de la energía.

Una encuesta reciente realizada por la firma de investigación de mercado Elabe mostró que el 43% de los consumidores franceses han reducido la compra de ciertos alimentos debido a la inflación. Entre los encuestados, el 43 % informó haber reducido el consumo de carne, el 34 % compraba menos pescado y el 27 % había renunciado a pasteles y galletas. Según la encuesta, la mayoría de los consumidores franceses han tenido que ajustar sus hábitos de compra, con un 44 % optando por alimentos más baratos y un 30 % comprando ahora cantidades más pequeñas.

El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, dijo en marzo que esperaba que la inflación alcanzara su punto máximo este verano y luego comenzara a disminuir. El gobernador del Banco de Francia, Francois Villeroy de Galhau, reconoció que la inflación en la eurozona sigue siendo demasiado alta y continúa siendo la principal preocupación y la máxima prioridad para la política monetaria.

En marzo, las autoridades francesas introdujeron la llamada “canasta de alimentos antiinflacionaria”, que comprende alrededor de 50 artículos básicos y obligaron a los grandes minoristas a no subir los precios de estos productos básicos hasta junio.

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