Los comicios presidenciales y parlamentarios en Turquía se perfilan como referéndum para Recep Erdogan, el político dominante del país en las últimas dos décadas.
La votación de este domingo es la más difícil para el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, durante sus 20 años como primer político del país. Y la retirada de uno de sus tres contendientes hace el proceso electoral más complejo.
Los centros electorales han abierto a las 07:00, hora local, en Turquía, donde más de 64,1 millones están llamados a las urnas para elegir a su nuevo presidente y renovar los 600 escaños en la Gran Asamblea Nacional (Parlamento). Los colegios cerrarán a las 17:00.
Las autoridades electorales han anunciado medidas necesarias para garantizar la seguridad del proceso frente a posibles ataques cibernéticos o cortes de electricidad, según la agencia Anadolu.
Conforme el medio TRT Haber, el presidente de la Junta Electoral Suprema (YSK, en turco), Ahmet Yener, ha avisado que en las zonas meridionales afectadas por el devastador terremoto del pasado febrero están preparadas para la jornada electoral.
Los hombres que buscan dirigir Turquía
Erdogan pueda perder por un estrecho margen, como vaticina la mayoría de las encuestas. El mandatario se postula de nuevo a la presidencia por la coalición gobernante Alianza Popular, en la que se integra su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). Erdogan, de 69 años, ha estado al frente de Turquía desde 2003, cuando se convirtió en primer ministro.
Al principio, fue ampliamente aclamado como un demócrata que prometió convertir al país predominantemente musulmán y miembro de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en un puente entre el mundo musulmán y Occidente. Pero, ahora, los críticos lo han acusado de empujar a Turquía hacia el gobierno de un solo hombre y exacerbar una profunda crisis económica.
Su principal rival en las urnas es Kemal Kilicdaroglu, un veterano político de centro-izquierda que se presenta a las elecciones por el histórico Partido Republicano del Pueblo (CHP) y que concurre a las urnas como candidato de la coalición Alianza de la Nación, quien promete restaurar la democracia turca y la independencia de los organismos estatales como el banco central mientras mejora los lazos con Occidente.
Erdogan sostiene que su contrincante es apoyado por fuerzas que su Gobierno considera terroristas: el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y el movimiento de Gulen (FETO), dirigido por el clérigo Fethullah Gulen, señalado por el Gobierno como instigador del fallido golpe de Estado de 2016.
El pasado jueves, el candidato de centro-izquierda Muharrem Ince, del partido Memleket, anunció que se retiraba de la carrera electoral.
Ahora, solo quedaron tres candidatos en la carrera: Erdogan, Kilicdaroglu y Sinan Ogan (derecha), que se postula por la Alianza ATA y es el único con raíces extranjeras, dado que proviene de una familia turco azerbaiyana.
Para salir ganador en primera vuelta, uno de los tres candidatos deberá obtener el 50 % de los votos más uno. Si ninguno logra hacerlo, habrá una segunda vuelta, prevista para el 28 de mayo.
En realidad ¿qué está en juego?
Las elecciones marcarán el futuro de Turquía, que es una de las 20 economías más grandes del mundo y un aliado de Estados Unidos en la OTAN. La elección también podría afectar la posición geopolítica de Turquía. Las relaciones del país con Estados Unidos y otros aliados del bloque militar occidental se han tensado, ya que Erdogan ha fortalecido los lazos con Rusia, incluso después del estallido del conflicto con Ucrania el año pasado.
Una de las principales preocupaciones de los votantes es la tambaleante economía de Turquía. La inflación, que superó el 80 % el año pasado, pero, aunque ha bajado, ha erosionado gravemente su poder adquisitivo. El Gobierno también ha sido criticado por su respuesta inicialmente lenta a los catastróficos terremotos de febrero que dejaron más de 50 000 muertos.
Encuestas recientes sugieren una ligera ventaja para Kilicdaroglu, de 74 años. Además, el retiro de Ince podría ayudar a Kilicdaroglu a obtener una mayoría absoluta, lo que lo convertiría en el próximo presidente.
Acusaciones de injerencia
Durante la campaña electoral, se alzaron voces del círculo de Erdogan que denunciaron una presunta injerencia de EE.UU. en el proceso electoral. Así, el ministro del Interior, Suleyman Soylu, denunció que la Casa Blanca quiere deshacerse de Erdogan vía electoral tras no poder hacerlo durante el golpe de 2016.
Mientras, Kilicdaroglu acusó esta semana a Rusia de estar detrás de presuntas conspiraciones para difundir falsedades sobre su persona e instó a los “queridos amigos rusos” a mantener sus manos “alejadas del Estado turco”.
¿Qué fuerzas pugnan en la contienda legislativa?
En las parlamentarias participan 24 partidos y 151 candidatos independientes. Para obtener la mayoría, que en la actualidad recae en la coalición de Erdogan, las fuerzas políticas que concurren a las urnas necesitan lograr al menos 301 escaños. Las proyecciones indican que la Alianza Popular (4 partidos) del actual presidente, la Alianza de la Nación de Kilicdaroglu (6 partidos), así como la Alianza Trabajo y Libertad, superarán el listón del 7 %.
A diferencia de las presidenciales, las posiciones del AKP, el partido de Erdogan, son más fuertes en los comicios legislativos, según apuntan las encuestas. Se vaticina que el AKP obtendrá un 32 % de los votos frente al 27,6 % del CHP. El tercer lugar, con un 10,7 %, recaería en el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que ahora es la tercera fuerza en el Parlamento y defiende intereses de minorías étnicas como los kurdos, si bien no participa en las legislativas como fuerza independiente, pues va en la lista de la Izquierda Verde.
El Partido Bueno (IYI), que forma parte de la principal alianza opositora, parte con una intención de voto del 10,5 %. El resto de las fuerzas, incluido el Partido de Acción Nacionalista (MHP), de la coalición oficialista, no superará la barrera del 7 %, según las encuestas