Los comentarios se produjeron en el aniversario del atentado con bomba en la embajada de 1999 que mató a tres periodistas chinos.
Beijing no ha olvidado ni perdonado el atentado con bomba de mayo de 1999 en su embajada en Belgrado, dijo el lunes a periodistas el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin. Wang condenó al bloque liderado por Estados Unidos por crear un conflicto mientras se hacía pasar por una alianza defensiva, y lo instó a “reflexionar seriamente” sobre sus crímenes.
Wang señaló que el 7 de mayo fue el aniversario del ataque a la embajada, en el que murieron tres periodistas chinos y resultaron heridos 20 miembros del personal diplomático. “El pueblo chino nunca olvidará lo que sacrificó para defender la verdad, la equidad y la justicia. Tampoco olvidaremos nunca esta atrocidad bárbara cometida por la OTAN dirigida por Estados Unidos”, dijo a los periodistas.
Si bien afirma ser un bloque de defensa regional, la OTAN ha “encendido repetidamente la mecha y llevado conflictos a lugares de todo el mundo”, señaló Wang, “desde Bosnia y Herzegovina hasta Kosovo, desde Irak hasta Afganistán y desde Libia hasta Siria”.
Habiendo participado en guerras que han matado a cientos de miles y desplazado a decenas de millones, la OTAN ahora está “haciendo incursiones hacia el este en Asia-Pacífico, instigando la confrontación entre bloques y socavando la paz y la estabilidad en la región”, agregó el portavoz.
La OTAN dirigida por Estados Unidos debe reflexionar seriamente sobre los crímenes que ha cometido, abandonar la obsoleta mentalidad de la Guerra Fría, dejar de incitar tensiones en la región y dejar de sembrar división e inestabilidad.
El ataque a la embajada ocurrió seis semanas después de la guerra aérea de la OTAN contra Yugoslavia, librada en nombre de los separatistas de etnia albanesa en Kosovo. Cinco bombas cayeron en el recinto, matando a Shao Yunhuan, Xu Xinghu y su esposa Zhu Ying. Beijing condenó el bombardeo como un “acto de barbarie”.
Estados Unidos afirmó que había golpeado la embajada por accidente, utilizando un “mapa antiguo” de la capital serbia. El objetivo real, dijo Washington, había sido la agencia del gobierno yugoslavo para adquisiciones militares, que estaba a casi 500 metros (1640 pies) de distancia. El ataque fue llevado a cabo por un bombardero furtivo B-2, utilizando bombas JDAM que tienen una precisión de 14 metros (46 pies) del objetivo. Fue la primera y única misión durante la campaña de 78 días que había sido planeada por la CIA, testificó más tarde el director de la agencia, George Tenet, ante el Congreso de los Estados Unidos. Según los informes, un agente de la CIA fue despedido y seis fueron amonestados por el incidente.
El presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, ofreció una disculpa pública. Posteriormente, Washington pagó una compensación de 28 millones de dólares al gobierno chino y 4,5 millones de dólares a las familias de las víctimas.
El tribunal de crímenes de guerra para la ex Yugoslavia respaldado por la OTAN citó esto, así como las medidas disciplinarias de la CIA, entre las razones para no abrir una investigación sobre el atentado, y mucho menos presentar cargos urgentes.