Los antimonárquicos británicos condenan el trato opresivo de la Policía a los manifestantes, que se reunieron para denunciar la coronación del rey Carlos III.
Las personas que se oponen al anticuado sistema monárquico dijeron el domingo que ya no existe el derecho a protestar pacíficamente en el Reino Unido después de que decenas de manifestantes antimonárquicos fueran arrestados el sábado.
Según la Policía, 64 personas fueron detenidas durante la ceremonia de la coronación del rey Carlos III, que se llevó a cabo en la Abadía de Westminster de Londres (capital), antes de que el rey británico y la reina Camila fueran conducidos de regreso al palacio de Buckingham.
Las fuerzas del orden describieron los presuntos delitos que habían llevado a los arrestos como una alteración del orden público y una conspiración para causar molestias públicas.
Entre los detenidos estaban Graham Smith, director ejecutivo del movimiento Republic, que hace campaña por la abolición de la monarquía.
“Esta fue una acción de mano dura que tuvo la apariencia de un arresto predeterminado que habría ocurrido independientemente de la evidencia o de nuestras acciones. El derecho a protestar pacíficamente en el Reino Unido ya no existe”, dijo Smith en un comunicado.
Asimismo, denunció que, tras estas detenciones se intentó proteger al rey de la vergüenza, y no a las personas del daño.
Republic informó que sus miembros fueron liberados el sábado por la noche después de casi 16 horas bajo custodia.
La Policía Metropolitana desplegó unos 11 500 agentes en uno de los mayores operativos de seguridad de su historia para el día de la coronación, amenazando en su cuenta de Twitter que exhibiría “baja tolerancia” ante cualquiera que intentara “socavar” los eventos del día.
Carlos III, de 73 años, hijo de la reina Isabel II, subió al trono este sábado siete meses después del fallecimiento de su madre.
El monarca enfrenta grandes retos, entre ellos el aumento de las voces que exigen la separación de su país de la monarquía británica, las protestas contra la corona y la familia real dentro del Reino Unido, pues Carlos III llega al trono mientras que permanece ligado a varios escándalos, desde tratos con la familia de Osama bin Laden, fundador del grupo terrorista Al-Qaeda, hasta corrupción moral.