El trabajo de los biolaboratorios occidentales en Ucrania puede haber sido necesario para ocultar el desarrollo de armas biológicas, dijo a Sputnik el jefe del Comité de Investigación de Rusia, Alexander Bastrykin.
Alexander Bastrykin explicó que la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, Producción y Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas estipula que los estados parte se comprometen a tomar medidas para prohibir tales armas dentro de su territorio.
Sin embargo, según Bastrykin, el trabajo en el campo de la microbiología que utiliza bacterias y virus puede tener un doble propósito: tanto el desarrollo de medicamentos como el uso de infecciones peligrosas para crear componentes de armas biológicas.
Para fines de monitoreo, las partes de la convención deben proporcionar información periódicamente, como qué laboratorios están operando en sus territorios y qué instalaciones están involucradas en la investigación.
“Pero si un país usa los territorios de otros estados para realizar investigaciones, tal comportamiento podría verse como un deseo de eludir los procedimientos de monitoreo existentes y ocultar los verdaderos objetivos y resultados de sus actividades. Como parte del caso penal, el Comité de Investigación continúa para analizar la información disponible relacionada con el tema», dijo Bastrykin cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que los países occidentales desarrollen armas biológicas en laboratorios en Ucrania
El Consejo de Seguridad de Rusia aprobó por unanimidad el 12 de abril el informe de una comisión parlamentaria que investiga las actividades de los biolaboratorios estadounidenses en Ucrania, y el documento ya ha sido respaldado por la Duma estatal.
En febrero de 2022, el Ministerio de Defensa ruso descubrió la existencia de 30 laboratorios biológicos militares financiados por Estados Unidos en Ucrania.
Según Moscú, Washington ha gastado más de 200 millones de dólares para desarrollar armas biológicas en las instalaciones. Rusia también dijo que los laboratorios descubiertos en Ucrania constituían solo una pequeña parte de una red global de más de 300 instalaciones similares. Estados Unidos niega las acusaciones rusas.