Zelensky de Ucrania exige a la Unión Europea endurecer las sanciones contra Rusia

El gas ruso solo debe transportarse a la UE a través de Ucrania, sugirió la oficina del presidente

La oficina del presidente ucraniano, Vladimir Zelensky, ha propuesto un nuevo plan destinado a endurecer las sanciones contra Moscú. Incluye la restricción de todos los suministros directos de gas desde Rusia a la Unión Europea, excepto los entregados a través del sistema de transporte de gas de Ucrania.

Kiev también ha recomendado que se cierre el gasoducto TurkStream, que suministra gas ruso a Türkiye.

Según se informa, el plan fue desarrollado por un grupo internacional de expertos encabezado por el jefe de la administración presidencial, Andrey Yermak, y el ex embajador de Estados Unidos en Rusia, Michael McFaul.

“Poner fin a los suministros directos de gas ruso a la Unión Europea, además de los flujos dirigidos a través del sistema de transmisión de gas de Ucrania, que tiene una amplia capacidad de tránsito”, instó la administración presidencial.

El plan de Kiev también propone la imposición de una prohibición a las importaciones de gas natural licuado ruso a la UE.

Bruselas ha introducido diez paquetes de sanciones contra Rusia por su operación militar en Ucrania. Las sanciones inicialmente tenían como objetivo debilitar la economía rusa, pero han resultado en una gran interrupción de las cadenas de suministro globales, lo que ha provocado una crisis en el mercado energético europeo.

Antes del conflicto en Ucrania, Rusia suministraba casi el 40 % del gas consumido por los países de la UE, principalmente a través de redes de gasoductos. Si bien el bloque no ha prohibido las importaciones de gas de gasoductos rusos, sus flujos se redujeron significativamente después de que se impusieran las sanciones relacionadas con Ucrania.

Las entregas también se vieron afectadas por el sabotaje del gasoducto Nord Stream, una de las principales rutas del gas ruso hacia Europa. Los suministros de gas ruso cubren actualmente alrededor del 10% del consumo total del bloque, según Bruselas.

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