El canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirma que Moscú presta mucha atención a América Latina, mientras señala su país no tiene relaciones especiales con EE.UU.
En una rueda de prensa ofrecida este jueves tras su reunión con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y su homólogo Bruno Rodríguez, en La Habana (capital de la isla), Lavrov ha precisado que el nuevo concepto de la política exterior de Rusia no prevé ninguna imposición a las naciones latinoamericanas y caribeñas y busca desarrollar las relaciones sobre la base de respeto mutuo.
“El concepto supone el aumento significativo de la atención que se debe prestar a América Latina, a aquellas estructuras que funcionan en el continente, sobre todo la Celac, y por supuesto priorizando los que son nuestros socios estratégicos desde hace mucho tiempo, entre los cuales se encuentra Cuba [que es] cercana a nuestro corazón”, ha apostillado.
En este sentido, Lavrov ha destacado las cooperaciones militares entre Rusia y el mayor de las Antillas, subrayando que tanto la parte rusa como la cubana están satisfechas con la forma de esta colaboración y abogan por desarrollarla en ámbitos adicionales.
En el marco de la conferencia de prensa, los periodistas han preguntado a Lavrov sobre el estado de las relaciones con EE.UU. Al respecto, ha afirmado que Rusia ahora “no tiene relaciones especiales” con EE.UU. “Solo si es necesario, abordamos aquellos problemas que surgen en la actividad de nuestras embajadas y también en relación al hecho que los estadounidenses tratan de abusar desde su posición, en particular en calidad de país anfitrión de la ONU”, ha dicho.
Cuba es el último destino de la gira que el canciller ruso empezó el lunes por Latinoamérica. Su primera parada fue Brasil, seguida por Venezuela y Nicaragua.
En un comunicado publicado el domingo, la Cancillería rusa afirmó que “América Latina es una región amiga […] con la que Rusia pretende mantener un diálogo dinámico y desarrollar una cooperación constructiva que no esté sujeta a ningún dictado externo”.
Rusia está aumentando sus relaciones con los países latinoamericanos en distintos ámbitos, entre ellos los tecnológicos, económicos y militares, en medio de las políticas agresivas de Estados Unidos contra ciertas naciones de la región.