Nicaragua prohibió el ingreso al país del embajador designado por la Unión Europea por los comentarios injerencistas del bloque sobre la nación centroamericana.
Al enviado Fernando Ponz se le prohibió ingresar a Nicaragua el martes después de que un comunicado anterior de la UE acusara a Managua de lo que llamó «represión sistémica» de la disidencia en los últimos cinco años desde que las protestas antigubernamentales golpearon las calles del país.
El gobierno sostiene que las protestas de 2018 fueron parte de un golpe de Estado fallido respaldado por Estados Unidos.
El canciller nicaragüense, Denis Moncada, dijo que el país decidió bloquear al embajador en espera de la Unión Europea en respuesta a un «comunicado intervencionista, audaz e insolente» del bloque.
“En estas circunstancias y ante el cerco permanente al derecho de nuestro pueblo a la soberanía nacional, no recibiremos a su representante”, dijo Moncada en una nota dirigida a Bruselas.
También dijo que las acusaciones de Bruselas contra su país indican las «posiciones imperialistas y colonialistas que caracterizan a la Unión Europea».
La declaración de la UE, sin embargo, dijo que el bloque «confirma su disposición a apoyar todos los esfuerzos destinados a una solución democrática, pacífica y negociada a la prolongada crisis política en Nicaragua».
Ponz había sido nominado para el cargo luego de que Nicaragua declarara a la anterior embajadora en el país, Bettina Muscheidt, «persona non grata» en septiembre.
El bloque, a su vez, declaró al embajador de Nicaragua «persona non grata».
También prolongó las sanciones contra 21 personas y tres entidades debido al «deterioro de la situación política y social» en Nicaragua, incluida la esposa y vicepresidenta de Ortega, Rosario Murillo.
Los pasos incluyeron una congelación de activos y una prohibición de viajar.