Operación seducción vs la Furia y la resaca del discurso de Macron de Francia


La polarización en Francia continúa por la reforma de la jubilación, iniciativa ya promulgada que parece lejos de representar un capítulo cerrado, pese al intento de anoche del presidente Emmanuel Macron de pasar la página.

El jefe de Estado realizó la víspera una intervención televisada de unos 15 minutos, de los que dedicó algunos a insistir en la alegada necesidad de la reforma, y la mayor parte del tiempo a dar por superado el tema, un discurso con dos reacciones más o menos inmediatas: el rechazo de los detractores y la operación seducción de parte de varios ministros.

Alrededor de 15 millones de personas vieron la comparecencia, transmitida por las principales cadenas del país, aunque para muchos no fue tan fácil escuchar al mandatario, por los cacerolazos convocados en toda Francia frente a las alcaldías.

Al mismo tiempo que el presidente pedía asumir la reforma y abordaba nuevos proyectos de su segundo mandato, sonaron cacerolas e instrumentos musicales junto a la consigna “Macron dimisión”, movilizaciones que en algunos lugares se convirtieron en marchas, con aislados episodios de violencia y enfrentamientos con la Policía.

Poco después de la intervención, la Intersindical lo acusó de ignorar el malestar mayoritario de la sociedad y de no respetar la “democracia social”, en alusión al rechazo popular a la norma que extiende la edad legal de retiro de 62 a 64 años, iniciativa que el Gobierno prevé aplicar a partir de septiembre próximo.

El presidente se encierra en su negación y es el único responsable de la situación explosiva imperante, advirtió en un comunicado el movimiento que aglutina a los principales gremios, que desde el 19 de enero llevaron a las calles a millones de personas en 12 jornadas nacionales de protestas y huelgas.

En su reacción, la Intersindical convocó a una nueva movilización el venidero 1 de mayo, en el Día Internacional de los Trabajadores.

Hagamos una jornada masiva, unitaria y popular contra la reforma de la jubilación, subrayó el grupo, el cual reiteró que no acudirá a la reunión organizada por Macron este martes con los actores sociales en el comienzo de una nueva etapa, tras dar por cerrado el tema de las modificaciones en el sistema de retiro por repartición.

También líderes de la oposición respondieron al discurso, desde Jean-Luc Mélenchon (La Francia Insumisa) y Olivier Faure (Partido Socialista) hasta Marine Le Pen (Agrupación Nacional, extrema derecha).

Según el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, un sector del país se empeña en frenar las reformas y las transformaciones, lo cual conducirá “a una gran pesadilla para nuestros compatriotas”.

El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, fue más allá, al acusar en los micrófonos de RTL a las extremas izquierda y derecha de promover el caos en beneficio propio.

De momento no parece que en Francia una parte importante de la sociedad esté dispuesta a pasar la página, sin que quede claro qué sucederá en el futuro inmediato, más allá de las protestas convocadas por los sindicatos y de la hoja de ruta que debe presentar la primera ministra Elisabeth Borne con el camino anunciado por el presidente.

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