Roma congela la venta de la refinería controlada por Rusia en el sur de Italia


El gobierno italiano ha estado tratando de vender una refinería estratégica controlada por Rusia en el sur de Italia. La semana pasada debería haberse sellado un acuerdo con un fondo de energía de Chipre, pero el acuerdo se ha suspendido dejando el futuro de miles de trabajadores en la balanza.

El destino de la refinería ISAB y sus trabajadores sigue pendiendo de un hilo, ya que el gobierno italiano optó por congelar un acuerdo de venta con un grupo liderado por la firma de capital privado chipriota GOI Energy sellado el pasado enero, después de meses de conversaciones.

La refinería, ubicada en la isla de Sicilia, en el sur de Italia, es propiedad de Litasco, una empresa suiza controlada por la multinacional energética rusa Lukoil.

El cierre del acuerdo con el grupo chipriota estaba fijado para el jueves 30 de marzo, sin embargo, Roma bloqueó el acuerdo apelando a las llamadas reglas del poder dorado, que se activan cuando los negocios involucran a empresas consideradas de importancia estratégica.

El gobierno italiano quiere asegurarse de que los socios del capital privado chipriota Goi Energy no tengan vínculos con competidores potenciales de la refinería ISAB.

Aunque Lukoil, afiliada al estado de Rusia, no fue señalada por las sanciones de la Unión Europea, la planta ISAB controlada por Rusia se ha visto obligada a depender únicamente del petróleo ruso desde que los bancos internacionales dejaron de proporcionar crédito a la refinería para comprar petróleo de proveedores alternativos.

La planta es muy estratégica ya que representa alrededor del 20% de la capacidad de refinación italiana.

La planta de ISAB refina alrededor de 320.000 barriles por día de crudo y emplea directamente a unas 1.000 personas en un área económicamente deprimida, la isla de Sicilia, la región más al sur de Italia.

Según fuentes del gobierno italiano, a falta de garantías convincentes por parte del GOI Energy chipriota antes del 4 de abril, no se descarta un veto de toda la operación por parte de Roma. Detener la venta significaría un gran suspiro de alivio para muchos en Italia.

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