Las ventas minoristas en Suecia cayeron al máximo registrado el mes pasado, ya que la inflación y los crecientes costos de los préstamos continuaron reduciendo el poder adquisitivo de los consumidores.
En febrero, las ventas minoristas en la economía más grande de la región nórdica cayeron un 9,4% en comparación con el mismo período del año pasado, impulsadas por una caída en los bienes duraderos, que registró la mayor caída de ventas desde 1992, informó el miércoles Statistics Sweden.
Los economistas atribuyen los débiles resultados a la persistente presión sobre los ingresos reales disponibles y el poder adquisitivo de los hogares, provocada por la inflación más alta en 30 años y las continuas subidas de tipos de interés por parte del banco central sueco.
“El actual brote de inflación claramente está poniendo al sector minorista bajo una presión cada vez mayor”, escribió el economista de Nordea Gustav Helgesson en una nota. “Partes del sector minorista ya están en recesión. El informe de hoy refuerza nuestra opinión de que el consumo privado se contraerá este año”, agregó.
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Suecia está pasando por una de las peores recesiones económicas de su historia moderna, con una tasa de inflación entre las más altas de Europa y la más alta fuera de Europa del Este, dicen los economistas.
El país también ha visto una caída drástica en el sector inmobiliario, con los precios de las viviendas cayendo al nivel más bajo en años, mientras que el gasto de los consumidores se ha desplomado debido a la crisis del costo de vida.
El PIB sueco se contrajo un 0,5% en los últimos tres meses de 2022, lo que indica que el país ya ha entrado en recesión.