El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha reconocido este viernes que la reciente tragedia en un centro del Instituto Nacional de Migraciones (INM) en Ciudad Juárez, donde murieron 39 personas en un incendio, es uno de los momentos más complicados que ha tenido que vivir desde que ascendió a la Presidencia en diciembre de 2018.
Lo doloroso que ha sido este caso para mucha gente, lo confieso, me ha dolido mucho, me ha dañado», ha señalado el mandatario mexicano durante su habitual rueda de prensa matutina, donde ha reconocido que este suceso le ha «partido el alma», según recoge el diario local ‘El Universal’.
López Obrador ha trasladado que el suceso que más le ha «afectado anímicamente» fue la explosión de un oleoducto de la petrolera estatal mexicana Pemex en el municipio de Tlahuelilpán, ocurrido en enero de 2019 y en el que 114 personas perdieron la vida y otras 33 resultaron heridas.
Tras aquella tragedia, ocurrida apenas unas semanas de su toma de posesión, el mandatario mexicano ha admitido que el reciente incendio en el centro del Instituto Nacional de Migraciones de Ciudad Juárez es el segundo suceso que más le ha afectado.
El INM confirmó el martes la muerte de cerca de 40 personas por un incendio en un centro migrantes en Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua. López Obrador, por su parte, atribuyó la responsabilidad del origen del incendio a los propios internos que, según él, prendieron un colchón como señal de protesta por una posible futura deportación.
Estas palabras del mandatario, sumadas a una grabación en la que se observa cómo empleados del INM abandonaban a los migrantes encerrados en celdas mientras el fuego avanzaba, han provocado las críticas de organismos internacionales, que denuncia el trato recibido por los migrantes en el país norteamericano.