Activistas de la organización británica Campaña para el Desarme Nuclear (CND) han condenado este miércoles el envío a Ucrania de munición con uranio empobrecido, la cual han vinculado con varios tipos de cáncer.
La organización ha alertado en un comunicado que el Gobierno británico ha «admitido» estar enviando este tipo de armamento para los carros de combate Challenger 2 y ha puntualizado que estos materiales «provocan un desastre medioambiental y problemas para la salud de las personas que viven en lugares de conflicto».
Por ello, han rechazado esta decisión y han advertido de que, en caso de impacto, estas municiones pueden «liberar polvo tóxico o radiactivo que posteriormente puede ser inhalado».
Esto provoca a largo plazo «problemas de salud», tal y como han denunciado los miembros de la organización, que han matizado que su uso está relacionado con una mayor tasa de incidencia de algunos tipos de cáncer, como el de mama o el linfoma.
«Otras enfermedades relacionadas con el uranio empobrecido incluyen insuficiencia renal, trastornos del sistema nervioso, enfermedades pulmonares y problemas reproductivos», han puntualizado.
Asimismo, la CND ha recordado que «los proyectiles de uranio empobrecido fueron utilizados de manera amplia por Estados Unidos y Reino Unido en Irak entre 1991 y 2003, así como en los Balcanes durante la década de los 90».
Rusia ha alertado en reiteradas ocasiones de que los países de la OTAN están «jugando con fuego» al suministrar armas a Ucrania y ha incidido en que los convoyes extranjeros con armas son «objetivo legítimo» para su Ejército una vez cruzan la frontera.
Este mismo miércoles, el ministro de Exteriores de Reino Unido, James Cleverly, ha señalado que «no existe tal cosa como un recrudecimiento nuclear del conflicto» tras tomar la decisión de enviar este tipo de munición a Ucrania junto con los Challenger 2.
Así ha respondido a las amenazas del presidente ruso, Vladimir Putin, que insiste en que se trata de un recrudecimiento de las hostilidades y que actuará en consecuencia. Además, ha acusado a Occidente de «utilizar armas con componentes nucleares», algo que Londres ha descartado.
Cleverly ha puntualizado que este tipo de munición no constituye «armamento nuclear» y ha reivindicado que se trata de «mera munición convencional». «El único país del mundo que está hablando de cuestiones nucleares ahora mismo es Rusia», ha insistido.