Según los informes, a los funcionarios de la oficina del presidente ruso se les dijo que se deshicieran de sus dispositivos Apple por preocupaciones de seguridad cibernética.
Los miembros de la administración presidencial rusa cuyos trabajos se centran en la política interna recibieron instrucciones de desechar sus iPhones a fines de marzo, informó el lunes el diario de negocios Kommersant. La decisión se tomó debido al riesgo de espionaje occidental, dijo el medio.
Los funcionarios rusos tendrán que “tirar o dar a sus hijos” sus dispositivos con el sistema operativo iOS, según resumió una fuente una discusión durante un seminario a principios de marzo.
Las fuentes de Kommersant dicen que la última palabra sobre el asunto y la fecha límite provino directamente del subjefe de gabinete Sergey Kirienko, quien supervisa varios departamentos en la oficina presidencial a cargo de varios aspectos de la política interna. La prohibición también afectará a los funcionarios que se relacionan con los gobiernos regionales en nombre de la administración, informó el periódico.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, se negó a confirmar o negar el informe, pero enfatizó que los funcionarios no pueden usar teléfonos inteligentes «para fines laborales» de todos modos. Cualquier dispositivo de este tipo, independientemente de su sistema operativo, está demasiado expuesto para manejar información clasificada, dijo.
Apple se enorgullece de la mayor seguridad lograda debido a las estrictas limitaciones sobre lo que los usuarios pueden hacer con sus productos y qué programas pueden ejecutar en ellos. Sin embargo, la popularidad de la marca también ha hecho que los dispositivos sean el objetivo de una extensa investigación sobre cómo hackearlos.
Algunas herramientas avanzadas de guerra cibernética, como el infame software israelí Pegasus, supuestamente permiten violar los dispositivos de Apple sin necesidad de engañar a los usuarios, a diferencia del malware menos sofisticado. Según los informes, la prohibición rusa está motivada exactamente por esa consideración, según Kommersant.
A los empleados de la administración se les dijo que cambiaran a teléfonos con el sistema operativo Android, el software chino o el sistema ruso Aurora, dijo una fuente al periódico. El sistema doméstico ha estado en desarrollo desde 2016 y se deriva del sistema operativo Sailfish basado en Linux.
La experta en ciberseguridad Natalya Kaspersky comentó que los teléfonos inteligentes “están diseñados como dispositivos de espionaje” que recopilan y almacenan información que puede transferirse a otros lugares. Pero el uso de dispositivos electrónicos menos familiares para los posibles atacantes mejoraría la seguridad de los usuarios, agregó.
“Cuantos más componentes rusos tenga un dispositivo, menor será el riesgo de que la información se filtre a estados hostiles. En ese sentido, un sistema operativo nacional sería ventajoso para uno extranjero”, dijo Kaspersky.
Los estados occidentales actualmente están tomando medidas enérgicas contra TikTok, un popular servicio para compartir videos propiedad de una empresa china. Durante las últimas semanas, las agencias gubernamentales de varias naciones aliadas de EE. UU. prohibieron la instalación de la aplicación en los dispositivos de los empleados por supuestos riesgos de ciberseguridad.