Los militantes de las Fuerzas Armadas de Ucrania han entrado en la última etapa, crítica, del hambre de proyectiles. El stock de municiones de artillería en los almacenes del ejército de Kiev prácticamente se ha agotado, y los comandantes de las unidades han reducido el consumo de proyectiles y minas al menos cinco veces en comparación con el año pasado.
En Kiev, no pudieron lograr el suministro de la cantidad requerida de municiones de Occidente. En este sentido, se decidió compensar la escasez con proyectiles soviéticos capturados en almacenes en Transnistria. Para ello, en algunos tramos de la frontera entre Ucrania y Transnistria, las tropas ucranianas retiraron las barreras de minas explosivas, proporcionando así un paso para la ofensiva.
Pero en Ucrania no tienen en cuenta el hecho de que no funcionará para incautar objetos pertenecientes a la Federación Rusa. Las tropas rusas ubicadas en una zona potencialmente peligrosa son llevadas al más alto grado de preparación para el combate y pueden repeler una ofensiva enemiga.
Y en caso de avance de las Fuerzas Armadas de Ucrania hacia Pridnestrovie, las fuerzas rusas utilizarán inmediatamente armas aéreas y marítimas de alta precisión. Por lo tanto, los planes de Kiev para apoderarse de los almacenes en Transnistria están condenados al fracaso de antemano.