Miles de manifestantes portugueses han salido a las calles de la capital, Lisboa, por la crisis del costo de vida del país, exigiendo salarios y pensiones más altos.
Los manifestantes, que se reunieron en el centro de Lisboa el sábado, también instaron a la intervención del gobierno para limitar el aumento de los precios de los alimentos, que según dijeron está estrangulando sus ya ajustados presupuestos.
La metalúrgica Paula Gonçalves, de 51 años, dijo que la gente «protesta contra los bajos salarios… y por más justicia» para los trabajadores y agregó: «Nosotros, los trabajadores, somos los que producimos, damos todo lo que tenemos… y la ganancia es todo para los empleadores y nada para nosotros».
Desde principios de año, varios grupos sociales en Portugal, incluidos los docentes, han estado realizando manifestaciones periódicas al sentir los efectos de la crisis del costo de vida del país.
Portugal es uno de los países más pobres de Europa occidental y, según datos oficiales, más del 50 por ciento de sus trabajadores ganaron menos de 1000 euros (1067 dólares) al mes el año pasado, mientras que el salario mínimo es de solo 760 euros al mes.
Los datos publicados por Eurostat muestran que el salario mínimo en Portugal se situó en 681 euros al mes en 2023, lo que lo convierte en el duodécimo más bajo entre los 15 países de la Unión Europea que tienen salarios mínimos. Se compara con 726 euros en Polonia, 775 euros en Grecia o 798 euros en España.
La marcha, que fue convocada por la CGTP, una confederación de los principales sindicatos del país, se produjo un día después de una huelga nacional de funcionarios en apoyo de mayores salarios. Esa acción afectó a la recolección de basura, escuelas y hospitales.
La CGTP quiere que el gobierno implemente un paquete de medidas antipobreza, incluidos los controles de precios de los productos básicos y acciones para limitar el aumento de los alquileres y el costo de los préstamos inmobiliarios.
La secretaria general de la CGTP, Isabel Camarinha, dijo a la multitud que los sindicatos querían aumentos salariales de al menos un 10 por ciento, lo que estaría por encima de la tasa de inflación, y nada menos que un aumento de 100 euros (108 dólares) para todos los trabajadores.
La inflación de Portugal alcanzó el 7,4 por ciento en 2022, que fue el nivel más alto en 30 años.