Las acciones de EE. UU. abrieron sus operaciones el miércoles con una fuerte caída, ya que Wall Street continúa luchando con la turbulencia bancaria que se está desarrollando.
El Promedio Industrial Dow Jones se deslizó más de 680 puntos, una caída de más del 2%. El S&P 500 cayó un 1,8%, mientras que el Nasdaq de tecnología pesada fue un 1,5% más bajo.
La presión sobre el atribulado sector financiero ha aumentado después de que el mayor accionista del gigante bancario suizo Credit Suisse decidiera no aumentar la financiación. Las acciones del prestamista suizo, que tiene grandes operaciones en EE. UU. y en todo el mundo, se desplomaron casi un 25% tras la noticia.
Las acciones de los bancos estadounidenses también cayeron, con Citigroup y Wells Fargo cayendo un 5%. Las acciones de JPMorgan Chase cayeron un 3,6%, mientras que Goldman Sachs y Bank of America tropezaron alrededor de un 4% y un 3%, respectivamente.
Según se informa, el mayor inversor de Credit Suisse, el Saudi National Bank, anunció el miércoles que no podía proporcionar más fondos después de que el banco encontrara «debilidades materiales» en sus informes financieros.
La entidad crediticia suiza intenta recuperarse actualmente de una serie de escándalos que han sacudido la confianza de inversores y clientes, y de pérdidas millonarias. Las salidas de clientes en el cuarto trimestre ascendieron a más de 110 000 millones de francos suizos (120 000 millones de dólares).
El precio de las acciones del banco se ha hundido a mínimos históricos esta semana en medio de una turbulencia más amplia en el mercado provocada por el colapso de varios prestamistas tecnológicos de EE. UU.