Montones de basura se acumulan en las calles de París por la huelga de trabajadores de la limpieza que se prolongará al menos hasta el miércoles.
Se oponen a un polémico proyecto de ley que aumentará la edad de jubilación en Francia de 62 a 64 años.
En total, al menos 5.400 toneladas se acumulan actualmente en las aceras de numerosos barrios de la capital francesa, aquellos donde la retirada de desperdicios no está gestionada por prestatarias de servicios privadas, según los medios locales.
Además de este visible amontonamiento de los desechos, tres incineradoras de basura del área metropolitana parisina están paralizadas.
Los vecinos se quejan del olor y dicen que está afectando al turismo. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, parece impávido ante la basura que se acumula en la capital francesa y otras ciudades.
os sindicatos celebran que los franceses estén plantando cara a la reforma de las pensiones.
Las reuniones se reanudan el miércoles
Como en París, otras ciudades francesas se encuentran afectadas por el paro en la recogida de basuras, pero las movilizaciones abarcan también otros sectores desde el miércoles pasado.
En el transporte, este fin de semana los paros afectaron tanto al transporte aéreo como a los ferrocarriles, cuyo servicio seguirá sufriendo perturbaciones durante los próximos días.
En el área energética, los bloqueos en varias refinerías del país también se van a prolongar, si bien hasta ahora no causaron una crisis de abastecimiento de carburantes como la que se vivió a finales de 2022 por reclamos económicos de los trabajadores.
La próxima gran jornada de protestas -que será la octava desde que el Gobierno desveló los detalles de su proyecto para cambiar el acceso a la jubilación en enero pasado- está convocada por el conjunto de los sindicatos para el próximo miércoles.
Ese día marca el principio de la recta final de la tramitación parlamentaria de la reforma de pensiones, después de que el Senado, donde la derecha tiene la mayoría, adoptase anoche la propuesta.
El miércoles, una comisión mixta paritaria compuesta por siete senadores y siete diputados deberá reunirse para acordar un texto común, que tenga en cuenta las últimas modificaciones y que deberá ser, después, validado nuevamente por ambas cámaras.
A diferencia en el Senado, en la Asamblea Nacional la suma de los apoyos necesarios para aprobar el texto final se anticipa muy ajustada.