A pesar del frío día de invierno, una gran participación de miles de trabajadores del NHS y sus simpatizantes llamaron a la acción en una disputa sobre el pago acorde a la inflación… pero en realidad mucho más que eso.
Hay preocupaciones sobre la seguridad pública cuando hay menos trabajadores de salud disponibles en los días de huelga con el servicio de salud ya al límite. Eso habla de una crisis aún más profunda.
Una acción similar en los últimos meses por parte de los sindicatos de enfermería y ambulancias parece haber obligado al gobierno a cambiar su posición sobre el monto de los aumentos salariales para este año, lo que llevó a algunos sindicatos de la salud a cancelar tentativamente las huelgas previstas para este mes.
Una ola de huelgas de ocho meses que comenzó el verano pasado ha visto huelgas en todo el sector público. Sin embargo, a pesar de su impacto, el apoyo público sigue siendo fuerte, especialmente para los trabajadores del NHS.
La próxima semana veremos tres días de huelgas de médicos jóvenes que han experimentado un recorte salarial de más del 26 por ciento, a medida que se disparan los costos de los alimentos, la energía y el alquiler.
Los manifestantes aquí hoy dicen por qué comparten la preocupación por el impacto que tiene su huelga en sus pacientes, pero dicen que tienen que hacerlo para salvaguardar el futuro del servicio que se han propuesto brindar.