Autoridades de EE.UU. aplaudieron el acuerdo para rebajar la tensión en la región de Oriente Medio, pero expresaron que Irán “no es un régimen que habitualmente cumpla su palabra».
Estados Unidos celebró este viernes (10.03.2023) el anuncio de que Irán y Arabia Saudí llegaran a un acuerdo para restablecer sus relaciones diplomáticas, pero expresó sus dudas sobre que Teherán vaya a cumplir lo pactado.
«Damos la bienvenida a cualquier esfuerzo para rebajar la tensión en la región de Oriente Medio. La desescalada y la diplomacia, junto con la disuasión, son pilares fundamentales de la política que el presidente (Joe) Biden expuso durante su visita en julio a la zona», dijo en su rueda de prensa diaria la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
El acuerdo entre Irán y Arabia Saudí, las dos potencias chií y suní de Oriente Medio, incluye la reapertura de sus embajadas y se firmó en China, que ejerció de mediador entre esos dos enemigos tradicionales que desde hace años se disputan la hegemonía regional y apoyan a bandos rivales en conflictos de la zona.
Como parte del pacto, Irán y Arabia Saudí se comprometen a «respetar la soberanía de los países y a la no injerencia en sus asuntos internos». Además, se reactiva un acuerdo de seguridad de 2001 y memorandos de cooperación en materia economía, comercio, inversión, tecnología, ciencia, cultura, deporte y juvenil de 1998.
Washington se mantendrá alerta
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, coincidió en que es un avance positivo y confió en que sirva entre otros puntos para poner fin a la guerra en Yemen, pero instó a mantenerse escéptico.
«Está por ver si los iraníes van a respetar su parte del acuerdo. No es un régimen que habitualmente cumpla su palabra», apuntó en otra comparecencia ante la prensa.
Desde EE.UU. se restó importancia al hecho de que China haya ejercido de mediador y se recalcó que el rol de Pekín no debe interpretarse como una pérdida de su propia influencia en Oriente Medio.
Kirby apuntó que, aunque Estados Unidos no estuvo directamente implicado en este pacto, los saudíes le mantuvieron informados, y consideró que lo que contribuyó a que Irán se sentara en la mesa de negociación fueron las presiones internas y externas, «no una invitación de China».
El portavoz estadounidense añadió que Washington se mantendrá alerta respecto a China: «No es que estemos ciegos. Ciertamente seguiremos vigilando a China mientras siga intentando adquirir influencia y apoyos en el mundo por sus propios intereses egoístas», concluyó.