Li, de 63 años, fue nombrado para el cargo durante la sesión XIV de la Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo del país. Su candidatura, propuesta por el presidente, Xi Jinping, recibió el apoyo de 2.936 de los 2.947 miembros que asistieron a la reunión, con tres votos en contra y ocho abstenciones.
Mientras tanto, Xi, que fue reelegido el día anterior para un tercer mandato, ya ha firmado el decreto presidencial para el nombramiento de Li. El nuevo primer ministro también ya juró públicamente lealtad a la Constitución china y ofrecerá su primera rueda de prensa el próximo lunes, tras la finalización de la Asamblea.
Se espera que, durante su mandato de 5 años, Li se centre en la economía del gigante asiático con el fin de reactivarla tras la pandemia. «El mayor reto para Li Qiang será reactivar la economía china este año. Aún no se sabe si la demanda de los consumidores podrá recuperarse de forma significativa este año para impulsar el crecimiento, y aún persisten los riesgos financieros en el sector inmobiliario y la deuda de los gobiernos locales. Tiene que elaborar políticas para seguir impulsando la demanda y, al mismo tiempo, mantener a raya los riesgos financieros», afirma Ava Shen, asociada para China y Asia nororiental en Eurasia Group, consultora de riesgo político.
Durante la sesión también se aprobaron otros nombramientos. Así, el exalcalde de Shanghái, Ying Yong, fue elegido fiscal general de la Fiscalía Popular Suprema de China, mientras que su predecesor, Zhang Jun, fue nombrado presidente del Tribunal Popular Supremo. Además, se eligió al vicesecretario de la Comisión Central de Inspección Disciplinaria, Liu Jinguo, director de la Comisión Nacional de Supervisión. Todos ellos ya han jurado lealtad a la Constitución del país.