Los trastornos mentales entre los jóvenes finlandeses aumentan después de la pandemia y las restricciones del COVID-19


Los investigadores han descubierto una correlación entre un aumento en los trastornos psiquiátricos y las áreas con el mayor número de casos de COVID-19 y las restricciones más estrictas, como el Gran Helsinki. Estas revelaciones han llevado a los expertos a solicitar más estudios para aclarar la situación.

La cantidad de nuevos diagnósticos psiquiátricos entre los jóvenes finlandeses ha aumentado casi una quinta parte después de la primera ola de la pandemia de COVID-19, según un estudio reciente del Centro de Investigación de Psiquiatría Infantil de la Universidad de Turku y el Instituto Nacional de Salud y Bienestar de Finlandia. .

Los diagnósticos se dispararon especialmente entre niñas, adolescentes y en el área metropolitana de Helsinki , donde las restricciones fueron más severas y las tasas de infección por COVID-19 fueron más altas que en otras partes del país escasamente poblado.

La depresión, los diagnósticos de ansiedad y los trastornos alimentarios aumentaron más durante el período de investigación.
En el estudio de registro a nivel nacional, se revisó y clasificó por género, edad y lugar de residencia el uso de servicios de salud especializados entre niños y adolescentes menores de 18 años de enero de 2017 a septiembre de 2021. Los investigadores compararon la cantidad de nuevos diagnósticos recibidos por niños y adolescentes con los modelos de pronóstico de años anteriores y descubrieron que era un 18,5 % más alta de lo previsto.

En total, 3.821 pacientes más de lo esperado fueron diagnosticados con trastornos psiquiátricos desde junio de 2020 hasta septiembre de 2021. Durante este período, los diagnósticos psiquiátricos se realizaron con mayor frecuencia entre mujeres jóvenes y adolescentes, con un aumento notablemente menos pronunciado entre los niños. Los investigadores encontraron una correlación entre el aumento en los diagnósticos psiquiátricos y las áreas con la mayor incidencia de COVID-19 y las restricciones más estrictas, como el Gran Helsinki y otras grandes ciudades, y sugirieron más estudios para determinar su papel.

El estudio también abordó la incidencia de varios diagnósticos. El pico involucró principalmente trastornos alimentarios, depresión, ansiedad y trastornos neurocognitivos. Por el contrario, no se observaron diferencias significativas en los trastornos psicóticos o bipolares. Además, se encontró que los diagnósticos relacionados con las autolesiones y el abuso de sustancias eran incluso menos de lo previsto.

En el punto álgido de la pandemia, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) estimaron que hasta el 40 por ciento de la población de EE. UU. estaba luchando con problemas de salud mental, citando «mucha ansiedad y miedo, trastorno de estrés postraumático [y] depresión». así como «un aumento en el uso de sustancias y problemas de adicción» además de aquellos con problemas preexistentes.

Dicho esto, la Organización Mundial de la Salud señaló que la pandemia de COVID-19 provocó un aumento mundial del 25 por ciento en la prevalencia de la ansiedad y la depresión.

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