Los ocho principales sindicatos de Francia ratificaron hoy su decisión de paralizar el país el 7 de marzo venidero con una huelga general en rechazo a la reforma de la jubilación promovida por el Gobierno.
El presidente Emmanuel Macron no da señales de ceder en su proyecto, que llegará al Senado a finales de mes, por lo que la intersindical perfila realizar ese día la mayor de las protestas contra la iniciativa y la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años, recogida en dicha propuesta.
Los gremios, encabezados por la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) y la Confederación General del Trabajo (CGT), sostuvieron esta noche una nueva reunión para abordar detalles del paro, encuentro en el que también participaron organizaciones juveniles.
Queremos desarrollar ese día la jornada más fuerte de movilizaciones, dijo antes de la reunión el dirigente de la CFDT Yvan Ricordeau, citado por el diario Le Figaro.
Más temprano, durante una visita al mercado mayorista parisino de Rungis, Macron insistió en la visión gubernamental de que los franceses deben trabajar más tiempo para garantizar el equilibrio financiero del sistema de jubilación.
Pese a las protestas multitudinarias, los encendidos debates en la Asamblea Nacional, donde no pudo votarse el proyecto, y el rechazo popular, reflejado en las encuestas a la reforma, el Ejecutivo insiste en defender el texto.
La intersindical llevó ya a las calles a millones de personas, al sumar las movilizaciones nacionales del 19 y 31 de enero y del 7, 11 y 16 de febrero.
Además de la extensión de la edad legal de retiro, generan duras críticas cuestiones como el aumento a 43 años del período de cotización, para aspirar a pensiones a partir de los mil 200 euros mensuales, y la eliminación de regímenes especiales de jubilación.