Miles de peruanos de la comunidad indígena aimara amenazan con una “guerra civil” a la presidenta Dina Boluarte si sigue enviando militares a sus pueblos.
Miles de aimaras se han manifestado este martes en la capital homónima de la región de Puno, en el sur de Perú, vestidos de manera uniforme —como una señal de organización y una demostración de las decisiones colectivas para continuar con las protestas antigubernamentales— exigiendo la renuncia de la presidenta Boluarte y celebrar nuevas elecciones presidenciales.
Tras lanzar un ultimátum a la mandataria peruana, la población aimara ha alertado que no dejarán a los militares que ingresen a tomar control de sus pueblos y que la única salida en ese caso sería una “guerra civil”.
“Pese a que han matado a 21 de nuestros paisanos, ahora quieren humillarnos más enviándonos militares. Cada vez nos están provocando más. Seguiremos, pase lo que pase”, ha dicho David Yujra, portavoz de la sociedad civil de la provincia de Puno.
Perú vive un clima de protestas desde el 7 de diciembre, cuando Boluarte, entonces vicepresidenta, asumió el gobierno en reemplazo del izquierdista Pedro Castillo, quien se encuentra cumpliendo prisión preventiva por presuntos delitos de rebelión y conspiración, por haber intentado cerrar el
Boluarte respondió a las protestas declarando el estado de emergencia y sacando a los militares a las calles. En este contexto, se han producido enfrentamientos y, en acciones represivas, los uniformados han provocado la muerte de decenas civiles hasta el momento.
La policía y las fuerzas de seguridad han sido acusadas por grupos de derechos humanos de usar armas de fuego y lanzar bombas de humo desde helicópteros. El Ejército dice, por su parte, que los manifestantes, usan armas y explosivos caseros.