Los precios al consumidor en enero en la segunda economía más grande de la eurozona aumentaron un 6% respecto al año anterior, según muestran datos oficiales.
El costo de los bienes de consumo en Francia aumentó un 6% en enero en términos anuales desde el 5,9% en diciembre, según mostraron el viernes datos concluyentes de la agencia de estadísticas del país, Insee.
La mayor tasa del índice de precios al consumidor (IPC) estuvo impulsada por una aceleración en los costos de los alimentos, que subieron un 13,3% interanual, y en los precios de la energía, que se dispararon un 16,3%. Los aumentos de precios de los bienes manufacturados y los de los servicios se han desacelerado, según el Insee.
El informe mostró que los precios al consumidor ajustados estacionalmente aumentaron un 0,8% durante un mes.
La tasa básica, que excluye artículos con precios volátiles como alimentos y energía no procesados, aumentó a 5,6% en enero desde 5,3% en diciembre. Por su parte, el IPC armonizado europeo subió un 0,4% mensual y un 7% anual.
Según un pronóstico del Banco de Francia, la inflación en el país alcanzará su punto máximo en la primera mitad de 2023, luego de lo cual se desacelerará gradualmente a alrededor del 2% para fines de 2024. En diciembre, se informó que los fabricantes franceses de alimentos habían pedido a los minoristas aumentar los precios de los productos en un 15-25% desde principios de 2023 en medio de la inflación y el aumento de los costos de producción.
Los economistas esperan que la inflación en el país comience a disminuir una vez que disminuyan los aumentos en los precios de la energía. Su ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, ha dicho que la principal prioridad económica del país era reducir los precios de la energía y la espiral inflacionaria.