Según se informa, las tiendas y los proveedores continuarán transfiriendo los costos crecientes a los consumidores.
Los compradores de todo el mundo tendrán que pagar aún más por los comestibles este año que en 2022, informó Reuters el miércoles, citando a minoristas, empresas de bienes de consumo e inversores.
El informe indicó que se han estado desarrollando duras negociaciones de precios entre minoristas y productores de bienes de consumo durante más de un año, “con fricciones que comienzan en 2021 por atascos en la cadena de suministro relacionados con Covid”.
La situación empeoró en 2022, ya que los precios vertiginosos de los alimentos básicos exacerbaron la crisis del costo de vida en la UE y el Reino Unido.
Los datos de la firma de investigación Kantar muestran que los británicos pagaron un 16,7% más por comida en las cuatro semanas hasta el 22 de enero de este año, en comparación con el mismo período del año pasado. Mientras tanto, el índice de alimentos de EE. UU., que incluye las comidas consumidas en el hogar y en cafés y restaurantes, aumentó un 10,4% en el año que finalizó en diciembre.
El CEO del gigante de alimentos Nestlé, Mark Schneider, dijo a los medios de comunicación la semana pasada que la compañía tendría que aumentar aún más los precios de sus productos alimenticios este año para compensar los mayores costos de producción que aún tiene que transferir por completo a los consumidores.
También se espera que otro fabricante líder de bienes de consumo, Unilever, aumente los precios de algunos productos en 2023.
“La última vez que escuchamos de Unilever, quedó claro que prefieren vender menos productos a precios más altos, para mantener los precios por debajo de sus pares y ganar participación de mercado”, dijo el gerente de cartera de Waverton Investment Management Tineke Frikkee.
El minorista más grande del mundo, Walmart, advirtió en diciembre que algunos «proveedores de productos empacados todavía nos apuntan hacia una mayor inflación el próximo año además de los dos dígitos medios este año».
Según Bruno Monteyne, analista de Bernstein, los fabricantes de bienes de consumo seguirán subiendo los precios hasta recuperar su rentabilidad.
«Lo único que puede detener esto es… que los consumidores comiencen a cambiar a productos de marca privada a un ritmo más rápido… (y) si los productos básicos siguen cayendo, entonces puede que no haya necesidad de más aumentos de precios», explicó . a Reuters.