Los operativos locales pueden ser contratados y supervisados por las tropas de Operaciones Especiales de EE. UU., informa el periódico.
El Departamento de Defensa de EE. UU. está tratando de convencer a los legisladores para que financien dos programas de alto secreto en Ucrania, que quedaron en suspenso después de que Rusia lanzó su operación militar en el país el año pasado, informó el viernes el Washington Post.
Si el Pentágono se sale con la suya, las operaciones que involucran a las Fuerzas Especiales de EE. UU. podrían reanudarse en 2024, afirmó el periódico.
El Post, citando a funcionarios estadounidenses actuales y anteriores no identificados, alegó que los esquemas en cuestión permitirían a los comandos estadounidenses emplear agentes ucranianos para “observar los movimientos militares rusos y contrarrestar la desinformación”.
Dijo que los programas se consideran una forma de «guerra irregular» destinada a ser utilizada contra adversarios con los que Washington no está involucrado en un conflicto militar.
Si bien el Pentágono ya comenzó a preparar su caso para la reanudación de estas operaciones, es poco probable que el Congreso tome una decisión al respecto antes del otoño de 2023, informó el periódico.
El artículo también señaló que queda un gran interrogante sobre si la administración de Biden permitiría que los comandos estadounidenses restablecieran una presencia física en Ucrania para supervisar las actividades de los sustitutos.
Según el Post, las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses podrían terminar teniendo que supervisar las actividades de un país vecino, un formato al que, según se informa, se han acostumbrado en los últimos años.
Sin embargo, se desconoce si los legisladores darán luz verde a los programas ya que varios críticos siguen sin estar convencidos, afirma el artículo. Según los informes, a algunos de ellos les preocupa que tales operaciones puedan arrastrar a los EE. UU. más profundamente al conflicto entre Moscú y Kiev.
“Lo que comenzó como una misión de reconocimiento puede convertirse rápidamente en combate cuando los sustitutos comienzan a recibir disparos”, dijo un funcionario a los periodistas bajo condición de anonimato. Continuaron agregando que no está claro “cómo el departamento [de defensa] va a cambiar la opinión de la gente en el Congreso sobre eso”.
Los representantes de los comités de Servicios Armados del Senado y la Cámara, así como la Casa Blanca y el Pentágono, se negaron a comentar, citando el estado clasificado de los programas, informó el Post.
Desde el comienzo del conflicto militar entre Moscú y Kiev, Washington se comprometió a apoyar a Kiev con armas, dinero y otras formas de asistencia “durante el tiempo que sea necesario” para derrotar estratégicamente a Rusia. Mientras tanto, Moscú ha calificado el conflicto como una guerra de poder librada contra él por Washington y sus aliados para preservar el dominio occidental.