Occidente despliega su logística para enviar armas a Ucrania. Estados Unidos ha prometido misiles guiados de precisión y más misiles Patriot, mientras que Francia e Italia han anunciado que enviarán su sistema antiaéreo SAMP/T en primavera.
Portugal trabaja para preparar el envío de tanques Leopard 2 a Ucrania, aunque todavía no avanzó cuántos, y tiene en curso una operación logística con Alemania para poder recuperar carros de combate que actualmente no están operativos.
Además, el Fiscal General de Estados Unidos ha dado luz verde para la concesión de un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania valorado en más de 2100 millones de dólares. Dinero proveniente de los bienes rusos incautados por el Gobierno estadounidense.
El frente de guerra continúa con avances para ambos bandos en el este ucraniano, con fuego de artillería en Donetsk y Lugansk. Kiev cree que Moscú prepara un bombardeo a gran escala que alcanzaría también las principales ciudades del país, incluida la capital.
Y este domingo ha entrado en vigor la prohibición de importar diésel y otros derivados petrolíferos de Rusia en la Unión Europea, y se añade al mecanismo comunitario de sanciones por la invasión de Ucrania que busca asfixiar financieramente al Kremlin.
De los nuevos derivados prohibidos, el mayor desafío es el veto al diésel, el carburante que emplean cerca de la mitad de los coches de la UE y la mayor parte del transporte pesado y marítimo y la maquinaria.
En torno al 40 % de las importaciones comunitarias provenían de Rusia antes de la guerra, pero Bruselas confía en que el período de transición desde que se anunciaron las sanciones en junio hasta que se aplican en febrero haya sido «suficientemente largo» para garantizar «rutas de suministro alternativas y minimizar el impacto en los mercados mundiales de productos refinados», dice el portavoz de Energía de la Comisión Europea, Tim McPhie.