Alemania finalmente accedió a enviar tanques Leopord-2 a Ucrania, en medio del auge de la ceguera europea para reconocer la escalada bélica que provocará esa decisión, junto a los de otros vecinos en ese conflicto con Rusia.
La revista Der Spiegel afirmó en su momento que el gobierno germano tomó la decisión de permitir el traslado a Ucrania de sus modernos equipos blindados, lo cual se suma a la promesa del Reino Unido de contribuir con sus tanques Challenger-2.
Aunque una reunión reciente de ministros de Defensa de 50 países en la base alemana de Romstein terminó sin consenso sobre el envío de los Leopard-2, Berlín, finalmente, cedió a presiones de capitales europeas y Washington, donde la razón parece estar ausente.
El presidente de la Duma Estatal (cámara baja rusa), Viacheslav Volodin, advirtió sobre el paso que Occidente se dispone a dar en materia de equipamiento bélico a Ucrania, al señalar que ello aproximará aún más el peligro de una catástrofe global.
Medios de prensa locales consideran que Europa está lejos de concientizar el nuevo papel reservado por Washington para sus ciudadanos, pues la nueva etapa de la confrontación podría dar paso a una implicación directa en ella de ejércitos nacionales europeos.
La Casa Blanca vuelve a estar lejos, como mismo ocurrió en la I y II Guerras Mundiales (1914-1918 y 1939-1945, respectivamente), tras lo cual sacó voluminosos beneficios, como mismo parece hacerlo ahora.
Observadores estiman que dentro del descabellado objetivo de Occidente de destruir completamente a Rusia, incluida su cultura y su sistema político, figura la obsesión de vencer en el teatro de operaciones militares ucraniano.
Después que el 24 de febrero del pasado año, el presidente Vladimir Putin anunció el inicio de una operación bélica en Ucrania, para desmilitarizar y desnazificar a ese país, las potencias occidentales lanzaron una guerra económica sin precedentes contra Moscú.
Pero el límite de las miles de medidas punitivas unilaterales parece llegar a su fin, por lo que la opción manejada por algunos analistas es que Occidente deberá enfrentar a Rusia en el verdadero campo de batalla, un peligro que parece pegarse aún más a la realidad.
La idea de “resolver el problema ruso”, parafraseando las teorías de la Alemania hitleriana, ya fue abordada en su momento por el canciller del gigante euroasiático, Serguei Lavrov.
De hecho, al parecer, una de las ideas que contuvo a Berlín para suministrar sus tanques a Ucrania fue la de evitar la imagen de esos equipos de combate cerca de las fronteras rusas, en una inevitable analogía de lo ocurrido en junio de 1941 contra la entonces Unión Soviética.
Sin embargo, un comunicado del Gobierno del canciller federal alemán, Olaf Scholz, señala que su país enviará 14 tanques Leopard 2A6, de los pocos más de 200 con los que cuenta en activo.
Además, esta nación emitió permisos de transferencia a otros países socios, declaró el portavoz del ejecutivo Steffen Heberstreit, en medio de advertencias de Rusia en contra de esa medida.
La información coincide con especulaciones sobre el envío de tanques Abrams M1 a Ucrania. Al respecto, el embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Antonov, afirmó que si se transfieren esos equipos, estos serán destruidos como otros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Se trata de una provocación flagrante contra Rusia, apuntó Antonov.
De acuerdo con la prensa especializada en esta capital, Alemania podría suministrar a Ucrania en 2023 hasta 100 tanques Leopard-2, conocidos por su maniobrabilidad, incluida su capacidad para dar marcha atrás a velocidad.
Pero más allá de la ventaja bélica que Occidente le pretende aportar a Ucrania en el campo de batalla, con la aprobación del envío de los Leopard-2 aflora el hecho de que Europa se podría ver más implicada aún en ese conflicto, sin una acción conjunta de la OTAN.
De acuerdo con el diario estadounidense Morning Star, la presión de Washington para que Berlín enviara tanques a Ucrania se explica no precisamente por el hecho de reforzar la defensa de ese país, pues en ese caso habría enviado sus propias tanques, considera el rotativo.
Para la referida publicación, la confrontación en Ucrania le trae dividendos a Washington, al tiempo, que el efecto bumerán de las medidas punitivas contra Rusia, incluido en la esfera energética, debilitan a Alemania, un contendiente europeo importante, apuntó.
De cualquier forma, la llegada de equipos blindados solo servirá para agudizar el conflicto en Ucrania, con el riesgo de aumentar la posibilidad de convertirlo en un problema global.