Moldavia considera unirse a una »alianza más grande»


Bajo la presidencia de Maia Sandu, el país ha buscado una integración más profunda con Occidente.

La presidenta de Moldavia, Maia Sandu, ha dicho que su gobierno está considerando unirse a “una alianza más grande”. Si bien no nombró a la OTAN, ha seguido políticas prooccidentales y ha intensificado la cooperación de Moldavia con el bloque militar liderado por Estados Unidos.

Cuando se le preguntó directamente sobre las perspectivas de que Moldavia se postule a la OTAN, Sandu dijo a Politico el viernes que «hay una discusión seria» en curso en Chisinau «sobre nuestra capacidad para defendernos, si podemos hacerlo nosotros mismos o si deberíamos ser parte de un alianza más grande.”

“Y si llegamos, en algún momento, a la conclusión como nación de que necesitamos cambiar la neutralidad, esto debería suceder a través de un proceso democrático” , agregó.

Exfuncionaria del Banco Mundial, Sandu ha sido inequívocamente prooccidental en su perspectiva desde que asumió el cargo en 2020. Moldavia recibió el estatus de candidato a la UE bajo su supervisión el año pasado, y será sede de la segunda reunión de la Comunidad Política Europea este verano. Moldavia coopera ampliamente con la OTAN, enviando soldados a la fuerza del bloque militar en Kosovo y albergando una ‘Oficina de Enlace de la OTAN’ en Chisinau.

Sandu se reunió con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en Nueva York en septiembre pasado, y el ministro de Relaciones Exteriores de Moldavia, Nicu Popescu, asistió a una reunión de la organización en Rumania en diciembre.

Sin embargo, el mismo “proceso democrático” que Sandu citó como esencial para una decisión sobre neutralidad también podría frustrar cualquier plan potencial de unirse a la OTAN. Una encuesta realizada por el Instituto Moldavo de Políticas Públicas en diciembre encontró que solo el 22,4% de los encuestados votaría para unirse a la alianza; El 54,5% votaría en contra de la membresía y el 23% no estaba seguro.

Además, la pertenencia a la OTAN está esencialmente descartada por la existencia de Transnistria, una república separatista intercalada entre Moldavia y Ucrania en un territorio reclamado por Chisinau. Transnistria se separó de Moldavia a principios de la década de 1990, y los líderes de la región esperaban permanecer en la Unión Soviética que se derrumbaba. Hoy mantiene una estrecha relación con Moscú, con las fuerzas de paz rusas estacionadas allí y la mayoría de la población local con ciudadanía rusa.

La OTAN insiste en que los posibles miembros resuelvan pacíficamente las disputas internacionales, territoriales o étnicas pendientes antes de unirse al bloque. Sin embargo, mantiene la llamada ‘política de puertas abiertas’, a pesar de que sus líderes prometieron a Rusia después de la Guerra Fría que no aceptaría como miembros a los antiguos estados del Pacto de Varsovia. La continua expansión hacia el este del bloque y la negativa a descartar la membresía de Ucrania fueron factores clave detrás de la decisión de Moscú de enviar tropas a Ucrania en febrero pasado

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