Al término del 2022 la inflación en Rusia fue de un 11,94%, indican los cálculos de la agencia de estadísticas rusa Rosstat. Esta cifra resultó ser mejor que las previsiones de las autoridades e incluso por debajo de las anteriores crisis de 2008 y 2015.
El principal factor que contribuyó a la inflación fue el aumento de los precios en el sector de servicios con un 13,19% de crecimiento interanual. En cuanto a la subida de precios de los alimentos y bebidas, aumentaron un promedio de 10,29%.
«Los precios de los alimentos aumentaron un 0,60% intermensual debido al aumento estacional de los precios de las frutas y hortalizas y la reanudación del crecimiento de los precios de otros productos alimentarios. La inflación se vio contenida por una desaceleración del crecimiento de los precios en el sector no alimentario (0,05% intermensual) con el continuo abaratamiento de la mayoría de los bienes», aclara el ministerio en un comunicado.
Al final del año el índice de precios al consumidor subió un 11,94%, un porcentaje menor que las previsiones de las autoridades financieras del país: el Banco Central ruso esperaba una inflación anual en diciembre en el rango de 12-13%, mientras el Ministerio de Desarrollo Económico ubicaba su estimación en los 12,4%.
El salto de los precios en Rusia comenzó a finales de febrero en el contexto de la introducción de las sanciones occidentales y alcanzó un máximo del 17,83% en abril. Desde entonces, el aumento de los precios vino desacelerando gradualmente. Para el 2023, el Banco de Rusia estima tasas de crecimiento de precios de 5-7%, mientras el Ministerio de Desarrollo Económico lo ubica en el nivel de 5,5%.
A modo de comparación la inflación interanual en Rusia durante la crisis del 2008 fue de 13,28% y de 12,91% en el 2015.