El enviado de Emiratos Árabes Unidos a la ONU denuncia la politización del problema de las armas químicas en Siria

El embajador y representante permanente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) ante las Naciones Unidas ha deplorado los intentos de ciertos estados de politizar el archivo de armas químicas de Siria, afirmando que todas las partes deben adherirse a los principios fundamentales de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). ).

Lana Zaki Nusseibeh hizo las declaraciones en una sesión del Consejo de Seguridad sobre la situación de las armas químicas en Siria el viernes y afirmó que el tema ha resultado ser uno de los archivos más politizados del órgano de la ONU.

Destacó que todas las partes deben respetar los principios básicos de la OPAQ, incluido el consenso y evitar la politización.

“El 13 de enero de 1993, el entonces Secretario General de la ONU [Boutros Boutros-Ghali] abrió la Convención sobre Armas Químicas (CWC) para su firma en París, y 130 países firmaron el tratado. Esta es una prueba del consenso internacional sobre el acuerdo, y el tratado es visto como uno de los logros históricos más importantes en el campo del desarme”, dijo Nusseibeh.

“Sin embargo, el archivo de armas químicas de Siria es uno de los archivos más politizados del Consejo”, señaló.

“Emiratos Árabes Unidos ha condenado reiteradamente el uso de armas químicas en cualquier lugar y momento, por cualquier persona y bajo cualquier circunstancia, porque el uso de tales municiones es una flagrante violación de las disposiciones de la CAQ y los principios internacionales”, destacó Nusseibeh.

El principal diplomático de los Emiratos Árabes Unidos señaló el notable progreso en el camino para resolver el problema de las armas químicas en Siria, y pidió a todas las partes involucradas que mantengan un diálogo constructivo.

El 14 de abril de 2018, Estados Unidos, el Reino Unido y Francia llevaron a cabo una serie de ataques aéreos contra Siria por un presunto ataque con armas químicas en la ciudad de Douma, ubicada a unos 10 kilómetros al noreste de la capital, Damasco.

Ese presunto ataque fue denunciado por el grupo Cascos Blancos, que publicó videos que los mostraban supuestamente tratando a los sobrevivientes.

Los documentos filtrados de la OPAQ mostraron más tarde que los investigadores del incidente de Douma no habían encontrado “ninguna evidencia” de un ataque con armas químicas.

Sin embargo, la organización censuró los hallazgos bajo la presión de EE. UU. y sus aliados para ocultar pruebas que socavaban el pretexto del bombardeo de Siria liderado por EE. UU. días después del presunto ataque.

Los medios de comunicación y los gobiernos occidentales han acusado repetidamente al gobierno sirio de utilizar armas químicas contra sus propios ciudadanos en la guerra contra los terroristas.

Se produce cuando Siria entregó su arsenal de armas químicas en 2014 a una misión conjunta encabezada por Estados Unidos y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que supervisó la destrucción de las armas. También ha negado sistemáticamente el uso de armas químicas.