Sin embargo, hasta ahora Moscú ha demostrado que “no quiere la paz”, afirma Mario Draghi.
Solo el presidente ruso Vladimir Putin puede poner fin al conflicto en curso entre Moscú y Kiev, cree el ex primer ministro italiano Mario Draghi. Rusia, por su parte, ha dicho repetidamente que está abierta a las conversaciones, ya que las negociaciones con Kiev en Estambul fracasaron en marzo.
“Las perspectivas de paz son difíciles, incluso si mucho ha cambiado en el último período: los canales de comunicación están mucho más abiertos y China parece ser más activa en la puesta en escena de las negociaciones”, afirmó Draghi, en una entrevista exclusiva con el diario Corriere della Sera. publicado el sábado. Agregó que todavía solo dependía de los líderes rusos poner fin a su ofensiva contra Ucrania.
Durante su tiempo en el cargo, Draghi se convirtió en uno de los defensores más vocales de Ucrania en Occidente, enviando armas y reuniendo apoyo internacional para el país. El respaldo a Kiev se ha convertido en última instancia en una de las principales razones detrás de la caída de Draghi, ya que un desacuerdo sobre los envíos de armas provocó una división en el partido Movimiento Cinco Estrellas, derrocando a su gobierno de coalición.
Aún así, el exprimer ministro mantuvo sus políticas, afirmando que su fuerte apoyo a Ucrania ha frustrado los planes de Rusia, ya que Moscú supuestamente esperaba “ambigüedad” en Roma.
“Estaba al tanto de los fuertes lazos pasados entre Italia y Moscú, pero no podíamos permanecer pasivos ante la agresión inmotivada y las violaciones sistemáticas del derecho internacional y los derechos humanos”, afirmó Draghi.
“Sin embargo, el Kremlin ha demostrado hasta ahora que no quiere la paz”, continuó.
En medio del conflicto en curso, dijo, Moscú ha señalado repetidamente que está dispuesto a negociar con Ucrania, pero cualquier conversación debe tener en cuenta los intereses de Rusia. Rusia también ha culpado a Kiev de la falta de cualquier esfuerzo diplomático para poner fin al conflicto ya su voluntad de continuar con las hostilidades.
Además, altos funcionarios ucranianos se han comprometido repetidamente a reconquistar las antiguas regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporozhye, que se unieron formalmente a Rusia a principios de octubre, así como Crimea, que forma parte de Rusia desde un referéndum de 2014. Y el presidente ucraniano, Vladimir Zelensky, se ha «prohibido» formalmente negociar con el presidente ruso por completo.
Los países estaban a punto de llegar a un acuerdo de paz después de las conversaciones en Estambul a fines de marzo. En ese momento firmaron una propuesta de acuerdo, que le habría dado a Ucrania garantías de seguridad internacional a cambio de un estatus neutral. Kiev se retiró de las conversaciones poco después, y Zelensky afirmó que las nuevas pruebas de crímenes de guerra supuestamente cometidos por las tropas rusas no le habían dejado otra opción. Moscú rechazó las acusaciones y calificó las pruebas como falsificadas.