Grecia y Bulgaria estudian revivir un oleoducto que evite el estrecho del Bósforo ante las sanciones antirrusas

El reinicio de las negociaciones fue impulsado, entre otras razones, por el aumento de las tarifas de tránsito que Turquía cobra a los petroleros que pasan a través del estrecho.

Grecia y Bulgaria están discutiendo la idea de resucitar el proyecto de un oleoducto que evite el estrecho del Bósforo ante las sanciones de la Unión Europea (UE) contra el petróleo ruso que entraron en vigor el 5 de diciembre, reporta el canal Al Jazeera.

El ministro de Energía de Bulgaria, Roman Hristov, señaló el lunes en declaraciones al medio que el oleoducto se extendería por 280 kilómetros desde el puerto griego de Alejandrópolis, en el mar de Egeo, hasta el puerto búlgaro de Burgas, en el mar Negro, al tiempo que podría alargarse hasta el puerto de Constanza (Rumanía).

«Tenemos una exención de dos años [de las sanciones de la UE] para comprar petróleo ruso, pero después tendremos problemas por el aumento de las tasas de tránsito por el Bósforo», explicó el alto funcionario el inicio de las discusiones.

Las negociaciones para revivir el proyecto fueron impulsadas, entre otras razones, por la decisión en octubre de Turquía de aumentar las tarifas de tránsito para los petroleros que pasan a través del Bósforo hasta 4 dólares por tonelada de crudo

Proyecto enterrado

La idea inicial de construir un oleoducto entre Alejandrópolis y Burgas, surgida en 1993, consistía en bombear crudo desde el mar Negro en dirección sur, hacia el Mediterráneo y más allá.

Mike Myrianthis, experto griego de la industria petrolífera que participó en el proyecto en los años noventa, señaló que la construcción de la tubería ayudaría a «superar el problema de los retrasos y cuellos de botella en el estrecho». «Queríamos estar vinculados a un gran productor para el suministro a largo plazo… Entonces había una muy buena relación con Rusia», explicó.

En 2007, Bulgaria, Grecia y Rusia firmaron un acuerdo político para crear el oleoducto con la estimación de bombear hasta 50.000 toneladas de petróleo al año. Sin embargo, posteriormente Bulgaria se salió del proyecto, alegando preocupaciones medioambientales. Fuentes de Al Jazeera en la industria petrolera indican que fue la oposición de EE.UU. a la dependencia del crudo ruso la que enterró el proyecto.

  • Las sanciones de la UE incluyen un embargo a los suministros marítimos de petróleo ruso –aunque la medida incluye varias exenciones–, así como la introducción de un tope al precio del crudo ruso, fijado en 60 dólares por barril, por parte del Grupo de los Siete, la UE y Australia.
  • Desde Moscú han calificado en reiteradas ocasiones esta limitación de precio como una «medida antimercado» que «puede complicar considerablemente la situación en los mercados energéticos mundiales» y advirtió que «no planea suministrar» petróleo a los países y compañías que se unan a la iniciativa.

 

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