EE.UU. le propuso a Taiwán la venta de 100 de sus más avanzados misiles de defensa aérea Patriot, según una notificación del Departamento de Estado al Congreso, obtenida por Bloomberg.
El paquete, por 882 millones de dólares, incluye el suministro de equipos auxiliares y se ve como una adición a un acuerdo anterior con un valor total potencial de 2.810 millones de dólares. A pesar de que misiles Patriot Pac-3 propuestos representan una versión de armas más avanzada, el costo de la transacción seguirá siendo el mismo.
Según la notificación, la nueva venta ayudará a Taiwán «a mejorar su capacidad de defensa antimisiles, defender su integridad territorial y disuadir las amenazas a la estabilidad regional».
The Wall Street Journal reportó la semana pasada, citando a fuentes que conocen de primera mano el asunto, que las autoridades estadounidenses están preocupadas por la posibilidad de que el apoyo militar a Ucrania perjudique el suministro de armas a Taiwán.
El material militar que todavía no había llegado a Taiwán estaba valorado en más de 14.000 millones de dólares en diciembre del año pasado, pero ahora esa cifra ha crecido a 18.700 millones de dólares, indicaron las fuentes.
«Taiwán hace sus propios juicios»
Anteriormente, Bloomberg informó que los legisladores estadounidenses están dispuestos a asignar hasta 10.000 millones de dólares para fortalecer la defensa de la isla.
La propuesta autorizaría al Departamento de Estado a extender a 2.000 millones al año la asistencia de subvenciones militares extranjeras hasta 2027.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha comprometido a ayudar a defender la isla en caso de un conflicto militar con China. No obstante, el mandatario destacó que Washington «no alienta a Taiwán a independizarse de China», aunque agregó que, de todos modos, «Taiwán hace sus propios juicios sobre su independencia».
El trasfondo político
La mayoría de los países del mundo, incluida Rusia, reconocen a Taiwán como parte integrante de la República Popular China.
Pekín, que se opone a todo contacto oficial de otros países con las autoridades de Taipéi, insiste en que cualquier negociación con la isla que pase por encima del Gobierno central viola el principio clave de su política de una sola China y las disposiciones de los tres comunicados conjuntos entre China y EE.UU.
Por su parte, Washington no reconoce formalmente a Taiwán -que se autogobierna desde 1949 con una administración propia, como un país independiente-, pero mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener con ella relaciones especiales, incluyendo la venta de armas.