Al menos siete personas murieron y otras seis resultaron heridas después de que una bomba al borde de la carretera destrozó un autobús que transportaba a los empleados de una compañía petrolera en la provincia de Balkh, en el norte de Afganistán.
Asif Waziri, portavoz de la policía provincial, dijo que la explosión tuvo lugar alrededor de las 07:00 hora local (02:30 GMT) del martes cerca de la plaza Sayed Abad en la capital provincial de Mazar-i-Sharif.
“La bomba fue colocada en un carro al costado del camino. Fue detonado cuando llegaba el autobús”, agregó.
No hubo un reclamo inmediato de responsabilidad por la explosión.
A principios de este mes, al menos 19 personas murieron y otras 24 resultaron heridas después de que una poderosa explosión golpeara una escuela religiosa en la provincia de Samangan, en el norte de Afganistán.
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Un médico de la ciudad capital provincial de Aybak, situada a unos 200 kilómetros (130 millas) al norte de la capital Kabul, dijo a la agencia de noticias AFP en ese momento que la mayoría de los muertos y heridos eran niños y gente común.
Abdul Nafay Takor, portavoz del Ministerio del Interior afgano, escribió en un tuit en ese entonces que las autoridades de seguridad estaban investigando los diversos aspectos del incidente y trabajando para identificar a los perpetradores.
“Nuestros detectives y fuerzas de seguridad están trabajando rápidamente para identificar a los autores de este crimen imperdonable y castigarlos por sus acciones”, señaló.
Además, el 14 de noviembre estalló una bomba al borde de la carretera en una concurrida avenida de Kabul, hiriendo a dos personas.
El portavoz talibán de la policía de Kabul, que se conoce con el nombre único de Mobin, dijo que la bomba detonó cuando pasaba un taxi en el distrito de Kota-e Sangi, en el oeste de Kabul.
Testigos dijeron que las víctimas eran una mujer en el taxi y un hombre que pasaba.
La explosión se produjo dos días después de que una bomba explotara en un minibús en otra parte del oeste de Kabul, matando al menos a una persona e hiriendo a otras cinco.
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Las explosiones mortales contra civiles han sido un tema recurrente de la vida cotidiana en Afganistán desde que los talibanes regresaron al poder en agosto de 2021. El grupo terrorista Daesh Takfiri se ha adjudicado la responsabilidad de la mayoría de los actos terroristas.
En septiembre, al menos 54 personas, incluidas 51 mujeres jóvenes y niñas, murieron en un atentado con bomba en un salón de clases en Kabul donde los estudiantes estaban tomando un examen de ciencias para ingresar a la universidad. Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad del atentado, pero los talibanes luego culparon a Daesh y dijeron que había matado a varias figuras clave vinculadas a la explosión.
En mayo de 2021, al menos 85 personas, la mayoría niñas, murieron y unas 300 resultaron heridas en tres explosiones cerca de su escuela.