Cómo Turquía aumenta su influencia y promueve sus intereses en la arena mundial en medio de una crisis en Europa

El presidente Recep Tayyip Erdogan destacó que su país debe estar «en el centro del nuevo orden mundial».

Turquía ha aumentado recientemente su influencia en la arena mundial y trata de tomar parte en procesos políticos más importantes.

Este martes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que su país debe estar «en el centro del nuevo orden mundial». «Nuestro país debe situarse en el centro del nuevo orden mundial, usar todas las oportunidades de la arquitectura global política y económica cambiante», afirmó, destacando que no se puede permitir desaprovechar las oportunidades que aparecen ante la nación, al igual que «ocurrió en el pasado».

Esto se produce después de que a finales de octubre el mandatario turco anunciara la adopción del nuevo documento que establece la visión del desarrollo del país, titulado ‘Siglo de Turquía’. «En el momento cuando el mundo se enfrenta a desafíos vitales, queremos hacer un fuerte inicio al nuevo siglo de nuestra república con el ‘Siglo de Turquía'», declaró Erdogan en aquel entonces.

«Elevaremos el Siglo de Turquía haciendo de nuestro país uno de los 10 más grandes Estados del mundo en todos los campos de la política, economía, tecnología, ejército y diplomacia«, prometió, agregando que su nación comparte «con toda la humanidad el mensaje de que el Siglo de Turquía es el nombre de una revolución que traerá democracia, desarrollo, paz y bienestar a cada rincón del mundo».

Conflicto en Ucrania

Desde el inicio del conflicto armado en Ucrania, Ankara anunció su voluntad de actuar como mediador entre Moscú y Kiev. De esta manera, se ofreció como sede para negociaciones entre ambas partes, y de hecho participó activamente en conversaciones sobre el intercambio de prisioneros.

En cuanto a la postura de las autoridades turcas sobre el conflicto, Turquía prefirió no apoyar a una sola parte.

Por un lado, Ankara condenó el operativo militar ruso y suministró activamente equipo militar a Kiev, incluidos drones Bayraktar TB2, vehículos blindados de transporte de tropas Kirpi y chalecos antibalas. Turquía también comenzó la construcción en octubre de la primera de las 4 corbetas de la clase Ada prometidas a la Armada de Ucrania.

Al mismo tiempo, a diferencia de numerosos países europeos, Turquía se abstuvo de la imposición de sanciones contra Moscú. Además, continuó la cooperación con el Kremlin en diversos ámbitos y decidió no cerrar su espacio aéreo a los aviones rusos ni prohibió la entrada a turistas de ese país.

De acuerdo con cifras oficiales, citadas por Al Jazeera, el volumen de las exportaciones de Turquía a Rusia creció en octubre un 86%, al alcanzar 1.150 millones de dólares, mientras que las importaciones casi se duplicaron, hasta alcanzar 5.030 millones de dólares.

En ese contexto, Soner Cagaptay, experto en Turquía del Instituto de Washington para la Política de Oriente Próximo, afirmó que la política de Ankara respecto a Ucrania tiene lógica. «La política de Turquía sobre Ucrania es proucraniana, pero no antirrusa. […] Turquía apoya a Ucrania militarmente, es neutral políticamente, pero mantiene lazos abiertos económicamente con Rusia», indicó, citado por Foreign Policy.

En cuanto a la voluntad de Ankara de actuar como mediador entre Moscú y Kiev y el rechazo a romper los lazos con el Kremlin, el portavoz presidencial turco, Ibrahim Kalin, declaró en noviembre a la CNN: «Si todos queman los puentes con Rusia, ¿con quién van a hablar los rusos?».

El politólogo Ikbal Durre también destacó que, en medio del conflicto en Ucrania, Occidente necesita un mediador para negociar con Moscú. «Rusia no es un país del cual se pueda prescindir simplemente. Y en las condiciones actuales cooperar directamente es ‘indecente’ desde el punto de vista de los países occidentales. Por ello necesitan a un mediador que pueda hacerlo. Erdogan es un líder muy apropiado en este sentido», declaró.

Erdogan usa las acciones militares en Ucrania para reforzar su posición como un importante actor regional, recoge The Wall Street Journal. De acuerdo con el diario, el conflicto le dio a Turquía una oportunidad para fortalecer su industria de defensa, así como promover sus objetivos en el ámbito de la política exterior.

«Esto es aparentemente imperfecto, pero perfecto en cuanto al avance de los propios intereses de Turquía en el contexto del equilibrio que trata de encontrar entre Rusia y Ucrania», dijo al diario Alper Coskun, exjefe de seguridad internacional en el Ministerio de Asuntos Exteriores turco.

Mientras tanto, Luke Coffey, del Instituto Hudson, sostuvo que «Turquía quiere ser vista como la nación que puede fomentar la confianza entre Rusia y Ucrania para finalmente llevarlos a la mesa de negociaciones». No obstante, declaró que no hay duda de que «Turquía se beneficia de una Rusia más débil como resultado de esta guerra».

Acuerdo del grano

Turquía también realizó esfuerzos activamente para ayudar a alcanzar un acuerdo que permita reanudar la exportación de cereales desde puertos ucranianos, suspendida debido a las acciones militares.

Cabe recordar que un acuerdo al respecto fue alcanzado en julio. Sin embargo, a finales de octubre, Rusia suspendió su participación tras el ataque masivo lanzado por Ucrania contra sus buques militares y barcos civiles en la bahía de Sebastopol, en Crimea.

Días más tarde, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció que, gracias a la participación de la ONU y la asistencia de Turquía, «se logró obtener las garantías necesarias por escrito por parte de Ucrania» de que el corredor humanitario no será objetivo de ataques de Kiev. El funcionamiento del tratado se reanudó.

Un ‘hub’ de gas natural en Turquía

Al mismo tiempo, Turquía continúa e incluso aumenta su cooperación con Rusia en el ámbito energético.

En lo que respecta al suministro del gas, Moscú sigue siendo un socio importante de Ankara. De acuerdo con la compañía Poten & Partners, aproximadamente la mitad de todo el volumen de gas natural usado por Turquía proviene de Rusia, recoge Financial Times. Además, Ankara aumentó este año sus importaciones de petróleo ruso, que ahora representan un 60% de todas las importaciones del país.

Mientras que los países europeos buscan sustituir los recursos energéticos rusos, Turquía trata de obtener descuentos de precios y aumentar sus importaciones de gas ruso, reporta Bloomberg, citando sus fuentes.

A mediados de octubre, Putin propuso crear en Turquía el mayor centro de transporte de gas si Europa lo desea. De acuerdo con la iniciativa, las rutas que pasan a través de Turquía se convertirán «en las principales rutas del suministro de gas a Europa». «Podríamos desplazar el volumen perdido por [haber quedado fuera de servicio] los gasoductos Nord Stream 1 y 2 hacia la región del mar Negro», sugirió el mandatario ruso.

Días después, Erdogan anunció que los dos países llegaron a un acuerdo al respecto.

Políticas no acordadas con la OTAN

Turquía sigue siendo miembro de la OTAN, pero, aun así, no se apresura a apoyar plenamente la política de la Alianza.

Después de que Suecia y Finlandia empezaran el proceso para ingresar a la OTAN, Turquía fue uno de los pocos países que no ratificó la entrada de los dos aspirantes. Ankara sostiene que ambas naciones nórdicas «alientan a fuentes terroristas», otorgándoles apoyo «financiero y armamentístico». Además, Turquía demandó el cese de los embargos armamentísticos en su contra y la extradición desde dichos países de individuos a los que considera extremistas.

Asimismo, en clara contradicción con las políticas de la OTAN, Erdogan expresó su voluntad de unirse a la Organización de Cooperación de Shanghái, fundada por Rusia y China, entre otros países.

Mientras tanto, Henrik Meyer, jefe de la oficina de la Fundación Friedrich Ebert en Turquía, destacó en un artículo para la revista IPS que «Turquía ha estado bastante activa recientemente en todo tipo de foros internacionales: en alianzas, plataformas, organizaciones regionales y otras asociaciones».

 

En su opinión, las autoridades turcas «saben muy bien» qué beneficios pueden obtener de cada foro. De esta manera, Ankara entra o abandona sus alianzas, que «se fortalecen o se debilitan, se enfatizan o se ocultan de acuerdo con sus propios intereses». «Mientras que [Turquía] es capaz de mostrarse como un miembro valioso de una alianza, puede sacar capital político de ello. Es precisamente lo que el Gobierno turco está haciendo y muchos Estados están mirando a Ankara con admiración», afirmó.

En este sentido, Foreign Policy indicó, basándose en conversaciones con diplomáticos estadounidenses y europeos, que en la OTAN existe la opinión generalizada de que Erdogan se preocupa sobre todo de sus propios intereses, mientras que la cuestión sobre si estos intereses coinciden con los intereses de la Alianza queda en segundo plano. «Turquía está haciendo lo suficiente para permanecer en buenos términos con ambos lados y no está haciendo lo suficiente para cruzar cualquier línea roja», dijo un político occidental.

«Turquía es un miembro de la OTAN, pero de facto Erdogan aplica una política exterior independiente del bloque», declaró el politólogo Farjad Ibraguímov, experto del club de discusiones Valdái.

Sin embargo, otros miembros de la Alianza se abstienen de criticar a Ankara por este comportamiento y sus lazos con Rusia, destacando su papel en la solución del conflicto en Ucrania, señala Foreign Policy.

Operativo militar contra las posiciones kurdas

En medio de los intentos de ayudar en la solución del conflicto en Ucrania, Turquía lanzó a mediados de noviembre su propio operativo militar en el norte de Siria e Irak, con el uso de medios aéreos y artillería. La respuesta militar se produce tras la reciente explosión mortal en el centro de la ciudad de Estambul, detrás de la cual, según Ankara, están las milicias kurdas. El atentado, ocurrido el 13 de noviembre, causó seis muertos y 81 heridos.

El Ministerio de Defensa de Turquía aseguró que la operación militar se realiza de conformidad con el derecho a la «legítima defensa«, recogido en el Artículo 51 de la Carta de la ONU. El titular de esta cartera, Hulusi Akar, informó que 184 terroristas fueron neutralizados en las primeras 48 horas del operativo.

Aunque Turquía asegura haber atacado solo posiciones terroristas, los representantes de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) denunciaron la muerte de varios civiles y acusaron a Ankara de «crímenes de guerra». Cabe recordar que las milicias de las FDS, que son apoyadas por Washington y controlan parte del territorio en el noreste de Siria, incluyen a las Unidades de Protección Popular (YPG, en kurdo), que Ankara considera como una rama del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), calificado como terrorista por las autoridades turcas.

El inicio del operativo, no obstante, no provocó críticas ni indignación en los países occidentales. Comentándolo, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, afirmó que Ankara tiene derecho a la autodefensa, aunque destacó que sus acciones podrían complicar la lucha contra el Estado Islámico por parte de las milicias kurdas apoyadas por Washington.

«Turquía sigue sufriendo una amenaza terrorista, especialmente en su parte sur. Ciertamente, tienen todo el derecho a defenderse a sí mismos y a sus ciudadanos», declaró Kirbi. Sin embargo, el operativo turco ‘Garra-Espada’ «podría forzar una reacción de algunos de nuestros socios de las Fuerzas Democráticas de Siria que limitaría y restringiría su capacidad de luchar contra el Estado Islámico», puntualizó.

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