«La República Popular de China es el único país con la voluntad, y aún más, la capacidad de remodelar la región y el orden internacional para satisfacer sus preferencias autoritarias», señaló Austin agregando que Pekín ha estado llevado a cabo un programa considerable de modernización de su Ejército.
Según Austin, para afrontar el desafío que representa China, EE.UU. tiene que extender su presencia militar en el Indo-Pacífico. «Vamos a mantener y mejorar nuestras ventajas de combate para que China jamás pueda concluir que [cometer cualquier] agresión es en su mejor interés», explicó. «Reforzamos nuestra presencia avanzada en la región para construir la postura de fuerza más letal, móvil y distribuida», añadió.
Además, el jefe del Pentágono constató que casi todos los ministros de Defensa de los países del sureste asiático comparten una visión similar a la de EE.UU. respecto al Indo-Pacífico: una «región donde países grandes y pequeños pueden definir su propio futuro y tienen capacidades de defender sus propios intereses».