La OTAN y la OSCE, sucedáneos de EEUU y peones necesarios en los conflictos que el país norteamericano desata en cualquier punto del planeta, han reventado el sistema de seguridad de Europa. Y lo peor del caso, es el síndrome de Estocolmo que padece el bloque comunitario: parece regocijarse de estar en esa situación de carne de cañón.
‘Estocolmo’ en Bruselas
Verdades como puños. Son las que ha lanzado el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov. Echemos una mirada a algunos conceptos que ha vertido este jueves.
«El espacio de seguridad en Europa se está fragmentando de forma definitiva y la propia Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa [OSCE] se está convirtiendo, por lo menos, en una entidad marginal» e incidió en que Occidente, al «mutilar» al Consejo de Europa, ahora «está marcando líneas divisorias» en un intento de «enterrar» a la OSCE.
Además, Lavrov constató que no cabe esperar el restablecimiento de las anteriores relaciones entre Rusia y Occidente en el ámbito de la seguridad europea, dadas las actuales acciones tanto de Occidente en su conjunto, como de la OSCE en particular. En este sentido, el jefe de la diplomacia rusa fue contundente: no se restablecerán las relaciones en ámbito de seguridad entre Rusia y Occidente como antes.
«Vamos a ver hasta qué punto Europa puede ser capaz, en un futuro inmediato, de tener una voz más autónoma y no de seguir la línea de lo que le diga Washington», opina al respecto el Dr. en Geopolítica Rolando Dromundo.
Para la OTAN también hay
Lavrov también disparó contra la OTAN, al indicar que esta organización quiere dominar el mundo y que tiene ambiciones en todas las regiones del planeta. «Recordemos cómo se creó la OTAN: cuando al primer secretario general de la alianza, el Sr. Ismay, se le ocurrió la fórmula ‘mantener a los rusos fuera de Europa, a los estadounidenses en Europa y a los alemanes bajo control’. Lo que está ocurriendo ahora significa absolutamente un retorno de la OTAN a aquellas prioridades conceptuales que se elaboraron hace 70 años», indicó. Más claro, imposible.
En este sentido, no pasó por alto el conflicto entre Rusia y Ucrania, provocado por la OTAN, es decir, la franquicia global de las Fuerzas Armadas de EEUU. «No es necesario decir que EEUU y la OTAN no están involucrados en esta guerra, sino que están directamente involucrados. Incluyendo, no sólo el suministro de armas, sino también el entrenamiento de personal. Entrenan a los militares en su territorio, en el territorio del Reino Unido, Alemania, Italia y otros países», advirtió.
«Hay que entender la necesidad de que cualquier esquema de seguridad del que se quiera hablar, tiene que incluir al menos una triangulación entre Rusia, China y EEUU», sentencia Rolando Dromundo.