Fue un error censurar la historia del portátil de Hunter Biden, admite exjefe de seguridad de Twitter

Según Yoel Roth, Twitter tuvo dificultades para verificar la autenticidad de los datos publicados por The New York Post, por lo que decidió bloquear la cuenta del medio y restringir el acceso de los usuarios a los enlaces del artículo.

El exdirector de confianza y seguridad de Twitter admitió este martes que fue un error la censura impuesta a un artículo de The New York Post sobre el laptop o portátil de Hunter Biden, hijo del presidente estadounidense, publicado en el período previo a las elecciones presidenciales de 2020 en EE.UU.

Yoel Roth, quien este noviembre dejó su puesto (aunque no se vio afectado por la ola de despidos masivos iniciada después que Elon Musk tomara el control de la empresa), confesó en una reciente entrevista con Kara Swisher que Twitter se equivocó al bloquear la cuenta de The Post durante más de dos semanas, y al restringir la posibilidad de que los usuarios compartieran los enlaces al artículo. Sin embargo lo justificó, diciendo que para la plataforma había sido difícil verificar la autenticidad de los datos del medio.

«No sabíamos qué creer, no sabíamos qué era verdad, había humo. Finalmente, para mí, no hubo un punto en el que me sintiera cómodo al eliminar ese contenido de Twitter. Pero eso activó todas mis afinadas alarmas de la ‘campaña de hackeo y filtración’ del [grupo de ‘hackers’ conocido como] APT28. Todo parecía un hackeo y una filtración», afirmó.

Al final, cuando se le preguntó si había sido un error por parte de la compañía bloquear la historia sobre el ordenador, que arroja luz sobre los turbios negocios en el extranjero de Hunter Biden, Roth respondió: «En mi opinión, sí».

El contenido del portátil fue reportado por The New York Times por primera vez antes de las elecciones presidenciales de 2020. En aquel momento, directivos de la campaña de Biden, así como funcionarios de Inteligencia y medios de comunicación estadounidenses, lo desmintieron y calificaron como parte de una operación de «desinformación rusa», destinada a conseguir la reelección de Donald Trump. Las principales empresas de redes sociales, como Twitter y Facebook, impidieron entonces que se difundiera o compartiera información sobre el laptop y su contenido.

 

 

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