Con estas muertes se competa una decena de fallecidos durante la última semana convirtiendo en lo que se considera el periodo de mayor violencia en esa región desde el año 2006.
Dos palestinos murieron y otro resultó herido la madrugada de este jueves (01.12.2022) por los disparos del Ejército israelí durante una redada en el norte de Cisjordania ocupada, en medio de la peor ola de violencia desde 2006, que ha dejado diez palestinos muertos en la última semana.
«Dos jóvenes, Muhamad Ayman Al Sadi, de 26 años, y Naim Jamal Zubaidi, de 27, fueron asesinados por las balas de la ocupación israelí en la madrugada de hoy durante su agresión al campamento de Yenín», indica un comunicado del Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
El Ejército de Israel realizó una redada en la ciudad y el campo de refugiados de Yenín, un punto del norte de Cisjordania ocupada donde pululan las milicias palestinas, desatando enfrentamientos con residentes locales, añadió la misma fuente, que asegura que cuatro palestinos fueron detenidos por las fuerzas israelíes, «dos de los cuales fueron atacados y embestidos mientras iban en su moto por un vehículo militar israelí».
Fuentes locales y testigos dijeron que el convoy militar, con vehículos blindados, apuntó a una casa con misiles antitanque, y que el fallecido Al Sadi es miembro de la Yihad Islámica Palestina, mientras que Al Zubaidi pertenecía a las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, el brazo armado del movimiento Fatah, del presidente Mahmoud Abás.
En lo que va de 2022, un total de 158 palestinos han muerto -muchos milicianos, pero también civiles y menores- en el marco del conflicto entre Israel y Cisjordania ocupada, según el Ministerio de Sanidad de la ANP, mientras que del lado israelí 29 personas perdieron la vida, 21 de ellas civiles.
Las autoridades israelíes han detenido a unos 3.000 palestinos «sospechosos de terrorismo», frustrado más de 500 ataques y se han incautado unas 250 armas, solo en lo que va de año. La violencia se disparó a finales de marzo cuando varios ataques mortales cometidos por palestinos y árabe-israelíes hicieron que Israel respondiera con su operación «Romper la ola», que consiste en violentas redadas militares casi cotidianas en Cisjordania ocupada, sobre todo en la región de Yenín y Nablus.