Respaldar a Ucrania está causando que el costo de vida se dispare, admitió el jefe del bloque, Jens Stoltenberg.
Los europeos están a punto de enfrentar numerosas dificultades debido al apoyo occidental a Kiev, dijo el domingo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al periódico alemán Welt an Sonntag. A pesar de esto, insistió en que los miembros del bloque militar liderado por Estados Unidos y sus aliados deberían impulsar sus esfuerzos para reforzar las fuerzas ucranianas.
En sus comentarios al periódico, Stoltenberg admitió que los ciudadanos de los países occidentales están siendo afectados negativamente por el conflicto en Ucrania. “El aumento de las facturas de alimentos y energía significa tiempos difíciles para muchos hogares en Europa” , dijo, y agregó, sin embargo, que los europeos “deben recordar que la gente de Ucrania paga con su sangre todos los días”.
El jefe de la OTAN también señaló que Occidente podría “fortalecer la posición de Ucrania en la mesa de negociaciones si brindamos apoyo militar al país”. “La mejor manera de apoyar la paz es apoyar a Ucrania” , afirmó.
Elogió a Alemania por las armas que está enviando a Kiev, afirmando que “salvan vidas”.
Según Stoltenberg, Rusia intentará utilizar “el invierno como arma” contra Ucrania. Esta declaración se hace eco de declaraciones recientes en las que advirtió que los próximos meses serían difíciles para Kiev.
Rusia comenzó a atacar las instalaciones energéticas de Ucrania a principios de octubre después de acusar a Kiev de atacar su infraestructura crítica, incluido el estratégico Puente de Crimea.
Las naciones occidentales impusieron nuevas sanciones radicales a Rusia luego de que Moscú lanzara su operación militar en Ucrania. Las restricciones llevaron a que los precios del gas se dispararan, alimentando así la creciente crisis energética en la UE. Esto también se produjo cuando el bloque anunció planes para alejarse de la energía rusa.
Sin embargo, según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, estas políticas tendrán “consecuencias muy deplorables” para la UE, con hasta 20 años de desindustrialización por delante. A principios de octubre, también señaló que al depender de la costosa energía de EE. UU., el bloque está haciendo que su economía sea “menos competitiva”.