Bolsonaro, que llegó al acto aplaudido por el público que coreaba «Yo autorizo» en alusión a un golpe de Estado, saludó a sus simpatizantes, pero evitó pronunciarse tanto en la ceremonia como con la prensa. Frente al actual jefe de Estado, que se formó como capitán del Ejército durante la dictadura, había una pancarta en la que se leía: ‘Bolsonaro, activa las Fuerzas Armadas contra el fraude de las urnas’, recoge la prensa local.
Además de Bolsonaro, estuvieron presentes el vicepresidente, Hamilton Mourao, el jefe del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), Augusto Heleno Ribeiro Pereira, así como también el comandante en jefe del Ejército, Marco Antonio Freire Gomes y otros altos oficiales.
En el acto, Gomes dio un discurso en el que mencionó al presidente saliente solo una vez, evitando tono político. «Permítanme iniciar estas breves palabras agradeciendo al Sr. Presidente Bolsonaro por su presencia, que da mucho brillo a este evento. Estoy seguro de que su dignidad, su culto a la familia, su amor por Brasil y su inquebrantable fe en Dios serán una referencia para allanar los caminos que los jóvenes que le preceden recorrerán a partir de hoy», sostuvo y Bolsonaro aplaudió.
Encierro voluntario
La última vez que el mandatario actual habló con los medios fue el 1 de noviembre, unas 45 horas después de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) proclamara a Lula como ganador en la segunda vuelta. Al día siguiente, Bolsonaro se dirigió a sus seguidores en un video publicado en las redes, pidiendo que los descontentos con el resultado electoral desbloqueen las carreteras.
Así, estuvo 20 días sin presentarse en el Palacio de Planalto, sede presidencial, y manejó los asuntos ejecutivos desde la residencia oficial en el Palacio de la Alvorada, en Brasilia.
La reclusión voluntaria de Bolsonaro fue explicada con una erisipela en la pierna, una infección que presenta manchas rojas y que suele tratarse con antibióticos.
Pasos legales para cuestionar la victoria de Lula
Desde su derrota, el mandatario, que es el primero en no felicitar al candidato elegido desde la vuelta de la democracia, emprendió varias acciones contra Lula, aunque el proceso de traspaso de poderes está en camino.
En particular, esta semana presentó, junto con el Partido Liberal (PL), un recurso ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) en el que pidió anular parte de los votos del balotaje por un supuesto mal funcionamiento. A su vez, el organismo rechazó el pedido e impuso una multa de 4,3 millones de dólares y ordenó el bloqueo de los activos del PL y sus aliados hasta que se desembolse la penalización.
Asimismo, presentó una demanda ante el Supremo Tribunal Federal (STF) contra Lula y la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, por supuestos delitos contra su honor como titular del Ejecutivo federal. Bolsonaro sostiene que habría sido llamado «genocida, miliciano, asesino, demonio y caníbal».