La central nuclear de Zaporozhie ha vuelto a quedar desconectada de la red eléctrica exterior y depende de generadores diésel para obtener energía de emergencia y mantener la seguridad de su reactor, informó este miércoles el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
«El último incidente en la central nuclear de Zaporozhie pone de manifiesto la situación cada vez más precaria y desafiante de seguridad nuclear en la mayor central nuclear de Europa, y se produce sólo unos días después de que fuera bombardeada en repetidas ocasiones», señaló el director general del OIEA, Rafael Grossi.
Ubicada en la ciudad de Energodar, provincia de Zaporozhie, la planta se quedó sin energía a las 15:30 (hora local), según el equipo del OIEA establecido en el lugar. Actualmente, ocho de los 20 generadores de emergencia están proporcionando electricidad de reserva para los equipos de seguridad. Seis reactores son seguros y estables, añadió el regulador nuclear de la ONU.
Cuatro están ya en modo de apagado en frío, mientras que los otros dos, que han estado en apagado en caliente para proporcionar a Energodar calefacción por vapor, se prepararán para el enfriamiento.
El pasado fin de semana, la central volvió a ser bombardeada por las fuerzas ucranianas, pese a la presencia permanente de inspectores del OIEA en el lugar. No obstante, a pesar de los llamados de Moscú para denunciar a los responsables, la ONU dijo no tener las competencias para determinar quién cometió los ataques y solamente compartió las preocupaciones de Grossi sobre la seguridad en la planta.
El director general de la corporación estatal rusa de energía atómica Rosatom, Alexéi Lijachov, advirtió que la central corre el riesgo de sufrir un accidente nuclear, que en caso de producirse constituiría «un precedente que cambiaría para siempre el curso de la historia». Además, denunció que «es obvio que Kiev considera aceptable un incidente nuclear«, con el beneplácito de EE.UU. y sus aliados.