ANKARA — La operación aérea de Turquía contra los miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, prohibido en Turquía), efectuada el 20 de noviembre en el norte de Irak y de Siria, tuvo éxito, declaró el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Detalló que durante la operación cerca de 70 drones y aviones de combate y de apoyo turcos destruyeron 45 blancos en Irak y 44 en Siria, incluidos refugios, búnkeres, cuevas, túneles, depósitos de municiones, cuarteles generales y campos de entrenamiento.
«La operación destruyó con éxito 89 objetivos consistentes en escondites, búnkeres, cuevas, túneles, depósitos de municiones, supuestos cuarteles generales y campos de entrenamiento de los terroristas que amenazan a nuestro país, a la nación y a la seguridad fronteriza en el norte de Siria e Irak…», subrayó.
«Nuestros combatientes que participaron en la operación regresaron a su puesto de servicio sin incidentes (…) Así que terminamos la noche con una operación exitosa», constató Erdogan a los periodistas en el avión a su regreso de Catar.
Al preguntarle sobre la probabilidad de una operación militar terrestre en Siria, el mandatario dijo que Ankara celebrará consultas y adoptará las medidas adecuadas al respecto.
«No podemos limitarnos solo a una operación aérea. Cuántas fuerzas terrestres deben participar en esta operación, lo decidirán conjuntamente nuestras respectivas unidades, el Ministerio de Defensa y el Estado Mayor; celebraremos consultas y luego tomaremos las medidas oportunas. Ya hemos establecido relaciones diplomáticas con los países aquí presentes y hemos tomado y estamos tomando las medidas oportunas.», indicó.
Damasco, en más de una ocasión, calificó de ilegítima la presencia en el territorio fronterizo sirio de las tropas turcas, que lanzan operaciones contra los grupos kurdos, y llamó a Ankara a retirarlas.
Las milicias kurdo-árabes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), de las que forman parte las milicias kurdas de las Unidades de Protección Popular (YPG, consideradas terroristas por Ankara), controlan la mayor parte de las provincias sirias de Hasaka y Raqa y ciertas poblaciones en las provincias de Alepo y Deir Ezzor, con el apoyo de los militares estadounidenses.
Para Turquía, las milicias kurdas de las YPG son una extensión del PKK. Damasco no reconoce a la administración autónoma del noreste de Siria. El conflicto armado entre el PKK y las fuerzas turcas empezó en 1984 y se reanudó en 2015. Las bases del PKK en el norte de Irak son blanco de constantes ataques de la aviación turca.
La presencia de militares de Turquía en el campamento de Zlikan, al noreste de Mosul, capital administrativa de la gobernación de Nínive en Irak, provoca constantes tensiones entre Bagdad y Ankara, que justifica esa presencia con la necesidad de luchar contra el PKK.