Mientras Pristina planea eliminar gradualmente las placas emitidas por Belgrado, Aleksandar Vucic advierte que pueden estallar hostilidades abiertas
La situación en la región disidente de Serbia de Kosovo puede convertirse en un «infierno en la tierra» si las autoridades locales no dan marcha atrás en su plan de prohibir las matrículas serbias, ha dicho el presidente Aleksandar Vucic. El líder serbio hizo las declaraciones el domingo, un día antes de que los conductores que todavía usan placas antiguas emitidas por Belgrado comiencen a incurrir en multas.
El lunes, Vucic participará en conversaciones patrocinadas por la UE en Bruselas con el líder kosovar, Albin Kurti, en un último intento por evitar el punto crítico que se avecina.
“Haremos todo lo posible para evitar la guerra, pero no depende de nosotros”, dijo Vucic a TV Prva.
“En tal caso, Serbia estará con su gente y los serbios defenderán sus hogares” , añadió, culpando de la situación a las autoridades kosovares. “Si [Kurti] hubiera querido posponer la decisión, la habría pospuesto antes… Pero Kurti ha demostrado que no quiere serbios en Kosovo y Metohija”.
El controvertido plan tramado por Kosovo para eliminar gradualmente las placas emitidas por Serbia ha sido la fuente de constantes tensiones entre Belgrado y Pristina durante meses. Según el plan, que afecta a unos 10.000 conductores de la región, las placas deben ser reemplazadas por las emitidas en Kosovo antes del 21 de abril del próximo año.
Los conductores que no cumplan recibirán primero una advertencia, antes de incurrir en una multa de 150 € en la segunda fase y, en última instancia, terminar con sus placas y vehículo confiscados por completo.
Un intento de hacer cumplir el paso en julio casi resultó en una lucha entre Serbia y Kosovo, con una crisis que se evitó por poco después de que diplomáticos europeos y estadounidenses negociaran una solución temporal. A principios de noviembre, decenas de empleados gubernamentales de etnia serbia en Kosovo dimitieron de sus cargos después de que Pristina despidiera a un jefe de policía local por negarse a aplicar las medidas relativas a las matrículas.
Tanto Serbia como su provincia separatista, que no está reconocida como estado independiente por la ONU, están considerando unirse a la UE. Sin embargo, sus objetivos son mutuamente excluyentes, dado que Pristina planea convertirse en un estado independiente, mientras que Belgrado considera a Kosovo como parte integral de Serbia.