TOKIO — El Gobierno de Japón remitió al Parlamento un proyecto de ley de presupuesto adicional para el año fiscal 2022, de 28,9 billones de yenes (206.000 millones de dólares), para financiar un paquete de medidas económicas que buscan en primer lugar mitigar el impacto de la inflación.
El anteproyecto prevé un gasto de 7,82 billones de yenes (55.840 millones de dólares) para compensar el alza de precios de la luz, el gas y otros recursos energéticos; 5,5 billones de yenes (39.250 millones de dólares), para una batería de medidas económicas y sociales como apoyo a empresas emergentes o subsidios por embarazo y parto; y un billón de yenes (7.140 millones de dólares), para contingencias relacionadas con los cambios de la situación internacional y los cataclismos naturales.
Los precios de consumo en Japón subieron el pasado mes un 3,6% interanual, un alza sin precedentes en 40 años para octubre. El titular de Finanzas, Shunichi Suzuki, señaló que la economía nacional se mueve en «un entorno cada vez más severo».
«Necesitamos superar este momento difícil apoyando los medios de vida de los japoneses y la actividad comercial, y encaminando la economía hacia un crecimiento sostenible y mucho mayor», dijo Suzuki, citado por la agencia Kyodo, al intervenir ante los legisladores.
El presupuesto complementario será financiado casi al 100% mediante ofertas de acciones y emisiones de bonos públicos.
Las deliberaciones sobre el documento en la cámara baja de la Dieta iban a empezar a las 13:00 hora local (GMT+9), pero se retrasaron casi dos horas debido a la renuncia el 20 de noviembre de un ministro del gabinete. El titular del Interior y Comunicaciones, Minoru Terada, presentó su dimisión este domingo tras verse envuelto en un escándalo de financiación.